Martín Vestiga, Tito Rosca y el negocio de la salud en Formosa
Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.
En Formosa, la política y el absurdo suelen ir de la mano, pero esta vez la escena incluyó a dos personajes de alto calibre del periodismo y la rumorología nacional.
El respetado periodista Martín Vestiga y el satánico e insoportable con olor a pucho Tito Rosca se cruzaron en la capital formoseña, donde la humedad rivaliza con el secretismo oficial.
En ese encuentro, Tito Rosca no tardó en desplegar su arsenal de chismes y, con un humo imaginario de cigarrillo rodeando su cabeza, le susurró al respetado periodista Martín Vestiga una perlita difícil de digerir: "El Gobierno de Gildo Insfrán destrozó tanto la salud que en pleno 2025 no existe atención online".
El respetado periodista Martín Vestiga, con la seriedad que lo caracteriza, escuchó incrédulo cómo Tito Rosca describía la postal tragicómica del Hospital Central Formosa, en pleno primer piso sobre la calle Salta al 500.
Allí, un aula pequeña equipada con tecnología, WiFi, capacidad para veinte personas, climatizador y hasta un ingeniero en comunicación, en lugar de ser utilizada para docencia médica universitaria o formación del personal esencial de guardapolvo blanco, sirve nada más y nada menos que… Para reuniones de pastores evangélicos.
Ante semejante revelación, el respetado periodista Martín Vestiga levantó la ceja mientras Tito Rosca, insoportable como siempre, exhalaba otra bocanada de humo inexistente y remataba: "Si querés una consulta médica online, acá primero tenés que confesar los pecados".
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