VIDEO | ¡Chorra y candidata! Cristina se victimiza para zafar de la cárcel mientras espera el fallo

Cristina Fernández de Kirchner volvió a hacer lo que mejor le sale: hacerse la víctima. Mientras la Corte Suprema evalúa cuándo hacerle caer el mazazo final por la causa Vialidad (sí, esa donde ya fue condenada por robarse todo), la jefa de la banda apareció en la sede del PJ con un discurso patético, plagado de nostalgia berreta, épica trucha y, como siempre, ninguna autocrítica.
En el marco del Día de la Resistencia Peronista, que recuerda una masacre real, Cristina usó a los muertos como escenografía para victimizarse y ahora se compara con militantes fusilados.
Habló @CFKArgentina sobre los insistentes rumores de su detención por la causa Vialidad: "Estar presa es un certificado de dignidad"👇
— Nacho Girón (@nachogiron) June 9, 2025
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Habló de “proscripción”, como si ser ladrona sentenciada por la Justicia fuera un detalle menor. O sea, la culpa nunca es de ella: es de los jueces, de Clarín, del FMI, de la Corte, del prescindente trastornado Javier Milei, de los marcianos… menos de la que firmaba los cheques y daba las órdenes.
Mientras tanto, el máximo tribunal ya tiene sobre la mesa el dictamen de la Secretaría Penal, y todo indica que se viene el rechazo del recurso de queja. En criollo: le pueden confirmar la condena y dejarla fuera del juego político para siempre. Lo justo. Lo necesario.
Lo urgente. Pero claro, la chorra ya está moviendo fichas para evitar la cárcel: cumbre de emergencia en el PJ, llamados a sindicalistas cómplices, amenazas de paros y piquetes. Todo para tapar que el castillo de corrupción se le desmorona encima.
Y como si el circo no alcanzara, Axel “soldado de Cristina” Kicillof fue corriendo a rendirle pleitesía. El mismo que dice que no hay plata para los comedores, pero banca con el alma a la delincuente más famosa del país.
¿Lealtad o miedo a quedarse sin madrina política? Mientras tanto, los sindicatos, los mismos que nunca pararon contra la inflación del kirchnerismo, ahora amenazan con salir a la calle si condenan a su jefa. Un país al revés.
Cristina, que ya está en edad de jubilarse, podría pedir prisión domiciliaria. Pero ojo: si la Corte hace justicia, no va a poder ser candidata nunca más. Por eso está desesperada, agitando fantasmas, haciendo campaña en distritos que ni conoce, como La Matanza, símbolo de pobreza y corrupción peronista.
Lo cierto es que la jefa de la banda está acorralada. La Justicia, por fin, la tiene entre ceja y ceja. Y no importa cuántas marchas, discursos o lágrimas de cocodrilo derrame: el país ya sabe quién es. Una ladrona con condena, sin vergüenza y con un ego que no cabe ni en Recoleta.