Martín Vestiga, Tito Rosca y el posible acuerdo entre libertarios y amarillos en Mar del Plata
Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.
En la penumbra acogedora del bar “El Barquito de Papel”, coinciden 2 personajes tan dispares como célebres en la crónica local: el implacable cronista de la realidad, Martín Vestiga, y el satánico e insoportable opinólogo de sobremesa, Tito Rosca.
Ambos, cómplices involuntarios de una noche de humo y confidencias.
— ¡Martín Vestiga! — Saluda Tito Rosca al verlo entrar, esbozando una sonrisa ladina. — Qué bueno verte lejos de tu teclado y cerca de una copa.
Martín Vestiga, ajustándose la bufanda, responde con sorna:
— Tito Rosca, tu perfume a tabaco ya me anuncia que vienen noticias jugosas.
Y no tarda en soltar el bombazo:
— Me cuentan que Alejandro Carrancio sería candidato testimonial a concejal marplatense… ¡Para colocarse como aspirante a la Intendencia en 2027!
Martín Vestiga arquea una ceja:
— ¿Alejandro Carrancio? ¿Ese mismo que hace malabares con el INPROTUR y las diputadas?
— Exacto. — Afirma Tito Rosca, inclinándose hacia adelante. — Dicen que su nombre en la boleta es solo para ocupar lugar, pero que en los pasillos del poder ya afilan proyectos para dentro de dos años.
Mientras el humo sube como romances de campaña, Tito Rosca baja aún más la voz:
— Y no es todo: Daniel Martínez, el actual subsecretario de Seguridad marplatense famoso por fajar fisuras en las calles, podría ir como tercer candidato a senador bonaerense por la Quinta Sección Electoral.
Martín Vestiga, incrédulo, juguetea con la servilleta:
— Daniel Martínez… El tipo que arregla baches a guantazos y multas de risa. ¿Tercer candidato? ¿Para qué quieren sugar un puesto de senador si ni para arreglar el asfalto les alcanza?
— Pues ya ves. — Responde Tito Rosca. — Primero, rellenas tu ego de aplausos por cada pavimento liso; después, te vendes como héroe de la Quinta Sección; y el año que viene, ¡zas! te descubren en un café con la cara llena de humo y promesas peregrinas.
Martín Vestiga alza su vaso, brindando:
— Por Alejandro Carrancio, poste de concejal con ambiciones de intendente, y por Daniel Martínez, el zapador de fisuras que aspira al Senado. ¡Que los chismes los fortalezcan!
Tito Rosca choca su copa contra la de Martín Vestiga y, con aire triunfal, sentencia:
— Así funciona la política en Mar del Plata: un café, un periodista y un opinador con olor a cigarrillo. ¡Salud!
Y, entre risas y el eco de las copas, Martín Vestiga y Tito Rosca se retiran del bar, llevándose en la mente las nuevas estampitas de la campaña y dejando colar la certeza de que, en esta ciudad, hasta el humo lleva propaganda.
La argentinidad...
¡Al palo!
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