El "gataflorismo" de Pullaro: se quiso hacer el amigo del "Presiduende" y ahora llora por el ajuste en Santa Fe

La motosierra del presidente Javier Milei cortó sin piedad en las provincias, y el gobernador provincial, Maximiliano Pullaro, parece haber sentido el filo. Tras coquetear con el oficialismo, el mandatario provincial cambió el tono y se sumó a una cumbre de gobernadores en Paraná, Entre Ríos, para clamar por una agenda federal que frene el ajuste.
El encuentro, bautizado "Una hoja de ruta hacia un futuro federal" y organizado por el gobierno entrerriano junto al Consejo Federal de Inversiones (CFI), reunió a mandatarios y sectores productivos para buscar salidas colectivas a la asfixia económica impuesta desde Nación.
Participamos en Paraná de una jornada de trabajo junto a gobernadores de distintas provincias para debatir una hoja de ruta hacia un verdadero desarrollo federal.
— Maximiliano Pullaro (@maxipullaro) May 6, 2025
La Argentina no va a salir adelante con atajos financieros. Necesitamos producir más, fortalecer nuestras industrias… pic.twitter.com/6IK0ZSiyC1
En la cumbre, Pullaro no escatimó en críticas al centralismo. Acompañado por gobernadores como Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Ignacio Torres (Chubut) y Raúl Jalil (Catamarca), el santafesino subrayó la necesidad de articular entre el sector público y privado para impulsar la producción y el desarrollo.
“Aquí estamos personas de distintos partidos e ideologías, pero con un objetivo común: planificar la salida de un país en crisis”, afirmó, marcando distancia con la Casa Rosada. La reunión, que también incluyó a representantes de cámaras empresariales, pymes y universidades, se convirtió en un espacio de resistencia frente a lo que muchos ven como un desguace del interior.
La queja de Pullaro se centró en la falta de una agenda federal que contemple las necesidades de las provincias. “El interior es visto como un botín: aportamos recursos que no vuelven”, disparó, poniendo el dedo en la llaga del reparto desigual. Señaló, por ejemplo, que Santa Fe, responsable del 80 por ciento de las exportaciones argentinas, depende de caminos de tierra para llegar a los puertos por la ausencia de inversión nacional en infraestructura.
“No hay una apuesta seria por el desarrollo”, insistió, y abogó por una conectividad que permita al campo desplegar tecnologías como la agricultura de precisión. Su mensaje fue claro: el futuro de Argentina no está en las finanzas especulativas, sino en la producción y la industria con un crecimiento equitativo.
La cumbre no se quedó en lamentos. Los gobernadores organizaron paneles temáticos para abordar tres ejes: producción, innovación y financiamiento. En el de innovación, se discutió cómo la economía del conocimiento y los avances tecnológicos pueden impulsar el crecimiento regional, proponiendo entornos colaborativos para la inversión. El panel de producción analizó los desafíos del desarrollo productivo, con énfasis en el federalismo económico y políticas públicas que fortalezcan a las provincias.
Por último, en financiamiento, se destacaron los sistemas de garantía para facilitar el acceso al crédito, especialmente para pymes y proyectos regionales. Estas discusiones, lejos de ser meras declamaciones, apuntaron a construir una estrategia conjunta frente al ajuste.
Pullaro, que alguna vez pareció tender puentes con el “Presiduende”, ahora se muestra como un ferviente defensor del federalismo. Su viraje, que algunos tildan de oportunista, refleja la presión de un interior que no está dispuesto a seguir siendo la variable de ajuste.
La cumbre de Paraná no solo dejó al desnudo las grietas entre Nación y provincias, sino que también dejó en claro que los gobernadores, con Pullaro a la cabeza, están decididos a plantarse. ¿Será este el comienzo de una rebelión federal o solo un nuevo capítulo del “gataflorismo” santafesino?