Política
Lazos internacionales con aroma a circo

Milei a los pies de Trump: celebró el "Día de la Liberación" copiando la receta yanqui

Javier Milei y en un encuentro que pareció más un mitin de campaña pro-Trump que una reunión de Estado. (Imagen: CHAT-GPT)

En otra jornada cargada de simbolismo, grandilocuencia y sumisión diplomática, Javier Milei se reunió con el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y convirtió la visita en un acto de rendición política ante los intereses de Washington.

En una declaración conjunta, el Presidente agradeció el respaldo del Gobierno de Donald Trump y se deshizo en elogios al “plan histórico” que, según él, sacó a la Argentina del abismo.

Bessent vino con la misión de celebrar el “triple ajuste” económico: fiscal, monetario y cambiario, mientras bendecía con su presencia el comienzo de una nueva fase del plan económico libertario. Milei, emocionado, bautizó la jornada como el “Día de la Liberación”, en una burda copia del eslogan trumpista usado para justificar nuevos aranceles a media humanidad.

“Hoy nos deshicimos del yugo del cepo”, declaró el Presidente, aunque omitió que la liberación cambiaria podría encarecer aún más la vida de millones de argentinos.

Lo que Milei tampoco mencionó es que, una semana antes de este acto de épica libertaria made in Estados Unidos, su gobierno había renovado por un año el swap con China por 5.000 millones dólares.

Es decir, mientras hoy se arrodilla ante Washington y repudia toda cercanía con regímenes comunistas, hace apenas unos días dependió (una vez más) de Beijing para sostener las reservas y evitar un cimbronazo financiero.

Esa contradicción quedó aún más expuesta cuando el propio Milei reiteró su deseo de firmar un acuerdo bilateral con Estados Unidos, celebró la afinidad cultural por ser “hijas de la civilización occidental” y culpó a décadas de “socialismo” por la decadencia nacional.

También respaldó sin matices la guerra comercial de Trump y defendió la aplicación de aranceles recíprocos, incluso si eso termina afectando las exportaciones argentinas.

¿La justificación? Que así “se termina con los abusos”, dijo, como si Argentina estuviera en condiciones de imponer reglas. “Los semejantes deben trabajar juntos”, remató Milei, desbordando entusiasmo en un romance político que parece tener más de fanatismo ideológico que de estrategia económica.

Por su parte, Bessent aprovechó para dejar su mensaje: si Argentina logra recomponer reservas, debería cancelar el swap con China. Traducción: el camino para ganarse la bendición de Washington es romper vínculos con el gigante asiático. Y aunque Milei no lo dijo en voz alta, ya dejó claro a quién quiere complacer.

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