¿No lo iba a cerrar? Milei le cedió más de 49 mil millones de pesos al INCAA luego de tildarlo de "inútil" y deficitario
En un contexto de crisis económica y recortes drásticos en áreas esenciales como obras públicas, salud y educación, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) ha recibido un aumento presupuestario que no pasa desapercibido. Según datos oficiales, la distribución de recursos para el 2025 asciende a 49.969.836.205 de pesos, una cifra que contrasta fuertemente con los 28.776.341.056 de pesos asignados en 2024.
Este incremento de más del 73 por ciento genera interrogantes, especialmente cuando el presidente Javier Milei y su entorno libertario cuestionaron públicamente la relevancia del organismo, tildándolo de "innecesario" y acusándolo de estar "repleto de ñoquis e inútiles".
EL INCAA YA NO PROMUEVE REPARTIENDO DINERO, SINO QUE FOMENTA EL TALENTO.
— INCAA (@INCAA_Argentina) March 27, 2025
En esa línea, nos complace anunciar la apertura de inscripción al Registro Único de Comités y Jurados, quienes evaluarán y acompañarán los proyectos audiovisuales en el marco del Plan de Promoción, buscando… pic.twitter.com/PUAp9W9BR0
Desde su llegada al poder, Milei hizo del ajuste fiscal una bandera, con medidas que incluyeron la reducción de partidas para hospitales, escuelas y proyectos de infraestructura.
Sin embargo, la asignación al INCAA parece ir en dirección opuesta. ¿Qué justifica este aumento? Para los que "la ven", la contradicción es evidente: mientras se recortan recursos en sectores clave para la población, un organismo cuestionado por el propio Gobierno recibe un impulso financiero significativo.
El entorno libertario, que ha acompañado a Milei en su cruzada contra lo que llaman "gastos superfluos", no ha escatimado en críticas al INCAA. Figuras cercanas al presidente, como Ramiro Marra, supieron señalar al instituto como un ejemplo de ineficiencia estatal, argumentando que sus funciones podrían ser absorbidas por el sector privado. Sin embargo, la decisión presupuestaria parece desoír estas posturas, dejando un manto de dudas sobre las prioridades del Gobierno.
En un país donde la inflación y la incertidumbre económica golpean a las mayorías, el contraste entre el discurso de austeridad y esta asignación millonaria no pasa desapercibido. ¿Es el INCAA una excepción en la política de ajuste? ¿O hay razones no explicitadas que expliquen esta aparente contradicción? Mientras tanto, sectores como la salud y la educación, que enfrentan restricciones presupuestarias, miran con recelo cómo los recursos se distribuyen en tiempos de vacas flacas.
La pregunta que debemos hacer es: si el INCAA es tan prescindible como afirma el Gobierno, ¿por qué su presupuesto crece tanto? La respuesta, por ahora, no está, pero la polémica está servida.








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