Política
Algo huele feo

Los mandás a espiar y tocan timbre: no hay plata para jubilaciones, pero sí para que Caputito juegue a ser James Bond

Tras reprimir brutalmente a los viejos que reclamaron aumentos, el Gobierno amplió escandalosamente los fondos reservados de la SIDE que dirige el minimafia Santiago Caputo. (Dibujo: NOVA)

El Gobierno de Javier Milei mostró fieramente la hilacha este miércoles tras reprimir brutalmente una vez más la protesta de jubilados, quienes con el apoyo de hinchas de clubes y otros sectores de la sociedad, salieron una vez más a reclamar por una vejez digna.

Lejos de tomar cartas en el asunto y entender que hay una razón muy válida para las protestas de los abuelos, el “Presiduende” que presuntamente venía a combatir a la casta, decidió no mover ni un dedo para solucionar el problema de raíz y aumentar las jubilaciones, y por el contrario, optó por darle más guita al minimafia Santiago Caputo para que juegue a ser James Bond.

El decreto de necesidad y urgencia (DNU) 186/2025, que salió a la cancha este jueves, revela un aumento bochornosamente alto en el presupuesto asignado a la Secretaría de Inteligencia (SIDE), ascendiendo a más de 7.300 millones de pesos.

El Gobierno pre-dictatorial de Milei justificó esta ampliación, detallada en el anexo del decreto, con la excusa de la necesidad de fortalecer el programa de Información e Inteligencia de la SIDE, inyectando fondos adicionales tanto en gastos corrientes como en bienes de capital.

No obstante, la asignación de más de 1.600 millones de pesos en concepto de gastos reservados plantea interrogantes y enciende alarmas a diestra y siniestra. La opacidad inherente a este tipo de erogaciones dificulta el escrutinio público y genera debates sobre la transparencia en la gestión de recursos estatales.

Es inevitable preguntarse qué va a hacer Caputito con estos fondos. Solo él lo sabrá, puesto que no hay forma de auditar ni hacer rendir cuentas a los espías, amparados con la necesidad de mantener bajo siete llaves los secretos de las tareas de inteligencia.

Sin embargo, aunque no hay pruebas de qué harán con esa guita, tampoco hay dudas de que una buena porción seguramente estará destinada a intentar lavar la cara de Milei y sus funcionarios, que están cada vez más enchastrados en escándalos de repercusión nacional e internacional.

La justificación de este incremento presupuestario, especialmente en un contexto de austeridad fiscal de la que tanto alardea el “Ponzidente”, no tiene pies ni cabeza.

Solo se puede entender poniendo foco en el contexto: es decir, si se tiene en cuenta que se decreta mientras el Gobierno intenta limpiarle las manchas de sangre y vino a la borracha Patricia Bullrich y hacer pasar la protestas del miércoles como un “intento de golpe de Estado” que justifique el brutal accionar de las fuerzas de seguridad que comanda la “Bordolino”.

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