Jubilados, hinchas, transeúntes y hasta periodistas —como el equipo de NOVA, agredido con balas de goma mientras cubría los hechos— fueron blanco de un despliegue represivo que parece diseñado para sembrar miedo más que para garantizar el orden.

Desde el mediodía, adultos mayores comenzaron a llegar al Congreso para exigir una recomposición de sus haberes, asfixiados por el ajuste del Gobierno de Javier Milei. A ellos se sumaron hinchas de fútbol autoconvocados para protegerlos tras episodios previos de represión.

Pero, el operativo de seguridad no distinguió entre manifestantes violentos y simples transeúntes: gases lacrimógenos, camiones hidrantes y balas de goma llovieron sobre todos por igual. Incluyendo a niños que pasaban por allí tras salir del colegio.

Como todos los medios de comunicación, el equipo de NOVA se acercó a cubrir la jornada, pero sin mediación alguna fue reprimido y violentado. Asistidos por paramedicos que se encontraban en las inmediaciones, el equipo -encabezado por el cronista Hernán Picus- se encuentra fuera de peligro, pero adolorido por los balazos de goma que impactaron en sus piernas y el ardor que genera estar en contacto con gases lacrimógenos.