¡Se viene! Milei copia a De la Rúa y agrede a los jubilados

Este jueves 12, una marcha que pretendía expresar el descontento popular se transformó en un escenario desgarrador cuando una jubilada fue golpeado brutalmente por la policía y termino desmayada en el suelo.
Este hecho no solo marca un episodio más de violencia institucional bajo el gobierno de Javier Milei, sino que pone en evidencia un patrón alarmante de represión que parece ser la respuesta más fácil y directa ante cualquier forma de protesta.
El país atraviesa un momento crítico, con una inflación desbordada, recortes en pensiones y un modelo económico que parece ignorar las necesidades de las clases más vulnerables. Los jubilados, que han dedicado toda su vida al trabajo, ahora se ven sometidos a la humillación de ver cómo su sustento de vida se desangra bajo políticas económicas que solo favorecen a unos pocos. En medio de esto, cuando estos ciudadanos deciden alzar la voz, ¿qué se encuentran? La brutalidad de un sistema represivo que prefiere silenciar en lugar de escuchar.
La escena del jubilado desmayado por un golpe de la policía es la representación más cruda de una realidad que no podemos seguir ignorando. La pregunta es, ¿qué tipo de país estamos construyendo cuando la respuesta a las demandas sociales es un porrazo? La violencia policial bajo la gestión de Milei no es aislada, sino que es una extensión de su estrategia para callar a los que no comulgan con su visión autoritaria.
Es fundamental que nos cuestionemos: ¿es esta la democracia que queremos? Un gobierno que recurre a la fuerza para mantener el orden, en lugar de buscar soluciones que apunten a la justicia social. Cada golpe propinado a un manifestante es un golpe a la libertad de expresión, un golpe a la democracia.
El mensaje está claro, y no puede ser más peligroso: en este país, si protestas contra las políticas de un gobierno que desprotege a los más débiles, te arriesgas a ser víctima de una represión violenta. ¿Este es el camino que queremos seguir?