Política
Seis días después

VIDEO | Como dice Kicillof, "no se pudió": Milei madrugó para evitar escraches en Bahía Blanca y fue recibido a insultos

Aunque el dicho dice "mejor tarde que nunca", los bahienses no perdonaron a "Jamoncito" el haberse hecho presente casi una semana después del desolador panorama que dejó la tormenta. (Foto: GROK-IA)

Seis días después del devastador temporal que arrasó la ciudad, el presidente Javier Milei apareció por fin en Bahía Blanca. Llegó de madrugada, sin avisar a la prensa, con la excusa de evitar “politización”. Pero los vecinos, hartos de promesas vacías y abandono, lo recibieron con gritos y reproches: “¡Caretas! ¡Vienen por la fotito!”.

Acompañado por su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia, el jefe de Gabinete Guillermo Francos, el ministro de Defensa Luis Petri y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, Milei aterrizó a las 8 de la mañana para un fugaz recorrido.

Supervisó una obra del Ejército –un puente provisorio para conectar barrios aislados por las inundaciones del viernes 7– y antes del mediodía ya estaba de vuelta en Buenos Aires. El intendente Federico Susbielles lo acompañó, pero el foco no estuvo en las autoridades sino en la bronca popular.

“¡Traé los colchones! ¡No trajeron uno solo!”, le gritaron desde el otro lado del Canal Maldonado, donde un fuerte operativo de seguridad blindó la zona. “Vení a escuchar a los vecinos que piden colchones. ¡Cuatro nenes durmiendo en uno!”, clamó otro.

La furia reflejó la desidia del Ejecutivo nacional, que descargó la responsabilidad en la provincia mientras los damnificados siguen sin respuestas. “Hay que hacerse cargo ahora, vengan a dar la cara”, insistió un hombre, acusando al Presidente de montar una puesta en escena: “Desde las cuatro de la mañana está listo ese puente, lo empujan ahora que viniste”.

El Gobierno se defiende diciendo que envió recursos: 10 mil millones de pesos a la provincia, aviones Hércules con mercadería y un tren con donaciones. Pero en la calle, la ayuda no llega.

La tragedia dejó historias desgarradoras, como la de Delfina y Pilar, de 3 y 7 años, arrastradas por la corriente y aún desaparecidas. La búsqueda sigue, mientras la reconstrucción –con daños estimados en 400 mil millones de pesos– parece una quimera sin un plan serio.

Milei, que llegó tarde y se fue rápido, no pudo esquivar el escrache. Los bahienses dejaron claro que no basta con una visita relámpago para la foto: hace falta compromiso real.

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