Cuando la política se ahoga en el barro: el kirchnerismo saca su tajada

La catástrofe climática en Bahía Blanca dejó a miles de damnificados, y el gobernador Axel Kicillof llegó con anuncios de "asistencia financiera". Pero entre exenciones impositivas y créditos del Banco Provincia, lo que realmente se siente es un gobierno que improvisa sin rumbo claro.
Promesas que se diluyen en trámites burocráticos y una Legislatura que será la última barrera para cualquier avance real. La crisis no espera, pero Kicillof se sigue tomando su tiempo para "gestionar".
El temporal que azotó la región destapó una realidad mucho más cruda: la inoperancia de un gobierno que ante cada emergencia, su respuesta es siempre la misma: dar promesas que no alcanzan a cubrir las necesidades urgentes de la gente.
La asistencia financiera, una medida más propia de campaña que de un plan concreto de recuperación, queda a medio camino y parece más un parche en una herida profunda. ¿Es este el verdadero rol del gobierno? ¿Mandar créditos como quien lanza un salvavidas, cuando lo que se necesita es una respuesta integral, rápida y efectiva?
Las cifras que se manejan son grandes, pero como siempre, la burocracia es el mayor obstáculo. Entre evaluaciones y trámites interminables, lo que parece una ayuda pronta, se convierte en una tortura burocrática para quienes necesitan reconstruir sus vidas de inmediato.
¿Cómo se le explica a una familia que perdió todo que debe esperar a que todo se "acomode" para acceder a un crédito? Kicillof, en lugar de tomar decisiones audaces, se aferra a lo que su gabinete le dicta, mientras los afectados ven cómo su angustia crece con cada día que pasa.
Lo más preocupante de todo es la desconexión entre los funcionarios y la realidad de los ciudadanos. Una vez más, la política se ve atrapada en su propia maraña de discursos vacíos, mientras la gente se ahoga en el barro. La pregunta es clara: ¿realmente hay un compromiso con la solución de los problemas de los argentinos, o solo se busca maquillar la imagen de un gobierno que ya se ha demostrado ineficaz?
Kicillof tiene la oportunidad de marcar la diferencia, pero hasta ahora, se ve atrapado en un ciclo de promesas incumplidas que hacen más ruido que impacto real. Mientras tanto, Bahía Blanca sigue esperando que la política deje de ser un espectáculo y se convierta en una verdadera herramienta de transformación.