VIDEO | Ya no se ve luz al final del túnel, la apagaron para ahorrar: mirá cuánto aumentaron las boletas de electricidad

El Gobierno de Javier “Jamoncito” Milei sigue avalando aumentos en las tarifas de luz, pese a que las empresas encargadas de la distribución ofrecen un pésimo servicio y que las boletas ya acumulan sumas siderales que se vuelven imposibles de pagar en muchos casos.
El reciente anuncio del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) sobre una actualización de tarifas para EDESUR S.A. ha desatado un debate intenso, especialmente considerando la deficiente calidad del servicio que ofrecen estas empresas y el impacto que tiene en los hogares argentinos.
Las boletas de luz siguen llegando con aumento, el servicio es deplorable, Argentina. 2025. https://t.co/yRfCNn5GmH
— Mariano San Martín 🇦🇷 (@marianosm477) February 3, 2025
A partir del 1 de febrero de 2025, los hogares comenzaron a pagar un incremento promedio del 1,6 por ciento en sus facturas de electricidad, en medio de la reducción de subsidios aplicada por el Gobierno. Esta medida afectará aproximadamente a 9,5 millones de familias. Los detalles sobre la resolución fueron publicados recientemente por el Ministerio de Economía, respaldando así el ajuste en los costos de transporte y distribución.
La situación se complica aún más al considerar que la facturación ya es elevada para muchos usuarios. Las viviendas de R-Nivel 1 (ingresos altos) verán un aumento del 2 por ciento, mientras que los hogares de R-Nivel 2 (ingresos bajos) sufrirán un incremento del 12,3, y aquellos en R-Nivel 3 (ingresos medios) un 8,4. Este desbalance en los aumentos según el nivel de ingresos pone de relieve la carga desproporcionada que recae sobre los sectores más vulnerables.
El sistema de subsidios se ha mantenido en función de la segmentación de ingresos, donde los usuarios de Nivel 1 deben abonar el costo total de la energía, mientras que las categorías de ingresos bajos y medios reciben descuentos. Sin embargo, con la reciente actualización, los hogares de Nivel 2 ahora recibirán un 65 por ciento de descuento (anteriormente 71,2), y los de Nivel 3 un 50 por ciento (bajando de 55,94).
Esto significa que, aunque hay subsidios, paradójicamente, la reducción de los porcentajes puede ser perjudicial para quienes más lo necesitan. Es decir, en vez de hacer que el ajuste lo pague la famosa casta, lo que sucede es que una vez más son los de abajo los que sufren los recortes estatales.
La combinación del Costo Propio de Distribución (CPD) y el costo del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) contribuirá a estos aumentos. La factura promedio se verá afectada por un aumento del 4 porcentual en el CPD que, junto con el ajuste del 1,6 por ciento, complicará aún más las finanzas de los hogares.
Para los usuarios residenciales de nivel medio y bajo, el costo de la electricidad representará un desafío significativo. El aumento no solo reduce el poder adquisitivo, sino que también obliga a muchas familias a priorizar sus gastos en un contexto ya de por sí complicado. La lógica detrás de este ajuste parece poco considerar el estado actual del servicio de EDESUR, que muchos ciudadanos califican de ineficiente.
A medida que se acerca la fecha de pago con los nuevos aumentos, la inquietud crece en torno a cómo gestionarán los hogares sus finanzas para afrontar estas nuevas tarifas. Muchos usuarios se preguntan si habrá alguna mejora en la calidad del servicio que justifique este incremento, algo que hasta ahora no se ha materializado pese a que las empresas han tenido ganancias monstruosas y han elevado duramente los costos al consumidor.
Como era de esperarse, este nuevo abuso avalado por Milei y sus secuaces solo amplía la brecha entre los distintos grupos socioeconómicos y plantea un reto considerable para los hogares de ingresos bajos y medios.