Economía y Empresas
Las vacas no saben nada de capitalismo

VIDEO | ¿No era que el mercado se regulaba solo?: la carne está cada vez más cara, pese a que el consumo se desplomó

A partir de este lunes los cortes estarán entre un 5 y un 10 por ciento más caros. (Dibujo: NOVA)

En un contexto económico donde el "Presiduende" Javier Milei propugna un capitalismo sin regulación, se observa una marcada disociación entre la teoría del libre mercado y la realidad del sector cárnico en Argentina.

A pesar de que el consumo de carne vacuna ha registrado una caída significativa en los últimos años, los precios de los cortes continúan en aumento. Este fenómeno plantea importantes interrogantes sobre la dinámica del mercado y su capacidad para autorregularse.

A partir de este lunes, se anticipa un incremento de entre el 5 y el 10 por ciento en los precios de la carne, un movimiento que resulta sorprendente dada la baja en el consumo. Durante tres días consecutivos, los precios de la hacienda en el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG) mostraron un aumento, lo que sugiere que el mercado ha convalidado estas subas.

Miguel Schiariti, titular de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), explica que el aumento en el precio de la hacienda se verá traslado a los mostradores, generando incertidumbre sobre cómo reaccionará el público ante este nuevo escenario.

En este contexto, las carnicerías se enfrentan a una encrucijada: pueden optar por aumentar los precios de selectos cortes y mantener los precios de otros más populares, o intentar absorber el costo adicional, un lujo que no todos los negocios pueden permitirse. Esto es especialmente relevante en un momento en que la demanda de carne está en declive.

Caída en el Consumo de Carne

Las tendencias alimentarias en Argentina están cambiando. A pesar de ser uno de los países con mayor consumo de carne a nivel global, el 2024 marcó un hito: por primera vez, se consumieron más productos avícolas que carne vacuna. Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y la Bolsa de Comercio de Rosario, cada argentino promedió 49,3 kilogramos de pollo por año, en comparación con 48,5 kilos de carne de res.

Este descenso en el consumo bovino se refleja en las estadísticas de la Ciccra, que indican que el año 2024 presenta el nivel más bajo de consumo de carne de vaca en casi tres décadas. Comparativas más amplias ilustran aún más la tendencia: en el periodo entre 1950 y 1980, el consumo promedio de carne vacuna era de 84 kilos por persona.

No obstante lo anterior, si sumamos todas las variantes cárnicas (bovina, aviar y porcina), Argentina sigue siendo el segundo país en el mundo con mayor consumo de carne, alcanzando los 115 kilogramos per cápita, solo superado por Estados Unidos. Este fenómeno habla de una tradición culinaria profundamente arraigada en la cultura argentina, incluso frente a cambios en los hábitos alimentarios.

El aumento de precios en un contexto de reducción de la demanda de carne suscita dudas sobre la eficacia de un mercado que se presume autorregulado. Lo que parece ser una contradicción en la lógica del capitalismo, puede ser una señal de que el sector necesita una revalorización de sus estructuras y una adaptación a las nuevas preferencias del consumidor.

El futuro del mercado cárnico argentino se enfrenta no solo a desafíos económicos, sino también a cambios culturales y alimentarios que definirán la cara de la gastronomía nacional en los años venideros.

La situación invita a una reflexión profunda sobre la sostenibilidad de los precios de la carne en un contexto donde la oferta y la demanda parecen haber perdido el equilibrio, planteando nuevos retos tanto para productores como para consumidores en una economía cada vez más compleja.

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