Francos insistió en que la mayoría de los argentinos no presta atención a este tipo de manifestaciones, argumentando que están “politizadas”, sin mencionar que la convocatoria fue impulsada por el colectivo LGBTQI+, que se manifestó en varias provincias en rechazo a expresiones de Milei consideradas discriminatorias. A la protesta se sumaron dirigentes de distintos sectores, sindicalistas y artistas.

El Presidente, en tanto, intentó desligarse de la polémica al día siguiente al afirmar que la comunidad LGBTQI+ fue “usada” por sectores políticos y que su discurso en Davos había sido editado.

Lejos de reconocer el impacto de la marcha, Francos redobló la defensa del Gobierno y aseguró que no existe ninguna postura fóbica en el oficialismo. “Nuestro gobierno es liberal y promueve la libertad como eje central de su ideología, con lo cual mal podríamos estar cuestionando a un sector social que se expresa de esa manera”, sostuvo. Además, afirmó haber releído el discurso de Milei sin encontrar ninguna expresión que justificara el repudio.

En otro intento de desviar la atención, Francos apuntó contra Axel Kicillof, quien estuvo presente en la movilización en Plaza de Mayo. “A mí me daba un poco de bronca su presencia cuando la provincia está incendiada por los hechos de inseguridad. Lo que hemos visto la semana pasada: gente defendiéndose por su propia cuenta, lo que vemos todos los días... No hay nada que se esté haciendo para terminar con esto”, disparó, ignorando que la inseguridad es un problema que atraviesa todo el país, incluyendo distritos gobernados por aliados de Milei.

Las declaraciones de Francos reflejan la postura del oficialismo de restarle importancia a las críticas y deslegitimar cualquier manifestación que cuestione al presidente, incluso cuando proviene de sectores directamente afectados por sus dichos.