Venía pisteando como un campeón: "Jamoncito" se comió la curva y pidió que liberen a Machado, pero ya no está detenida
Otro paso en falso de Javier Milei volvió noticia; es decir, "Jamoncito" volvió a destacar aunque no precisamente por su eficiencia política.
En un gesto que pretendía posicionarlo como el gran paladín de la libertad en la región, convocó a los líderes de América Latina a "exigir el fin del régimen" venezolano tras el supuesto “secuestro” de María Corina Machado, una figura opositora de Venezuela.
El único problema: Machado ya había sido liberado horas antes, y no solo eso, sino que en un video afirmó estar bien y en camino a asumir un rol clave en su país.
“El presidente Javier Milei convoca a los demás gobiernos de la región a repudiar el ataque contra Corina Machado ya exigen el fin del régimen”, decía el comunicado oficial de la Casa Rosada, que además se despachó contra la gestión de Nicolás Maduro calificándola como “un verdadero infierno sobre la tierra”.
Sin embargo, el apuro por emitir un mensaje grandilocuente dejó al Gobierno en ridículo: mientras el mandatario argentino hacía llamados urgentes, Machado ya había recuperado su libertad, desmintiendo de manera tácita cualquier “desaparición”.
🔴 Mientras se desarrolla una movilización en Plaza de Mayo para solidarizarse con la situación en Venezuela, Casa Rosada se hizo eco del secuestro de María Corina Machado luego de participar de una marcha en Caracas | Más información en https://t.co/9rcN8ncHZU pic.twitter.com/QXBe69KBvo
— Ámbito Financiero (@Ambitocom) January 9, 2025
El episodio se convirtió en una suerte de tragicomedia. Mientras Milei describía un “operativo digno de las peores dictaduras de la historia” y publicidad sobre disparos y videos forzados, la propia Machado dejaba en claro que estaba a salva.
¿Nadie en Casa Rosada revisó la información antes de armar operativo semejante diplomático? ¿O es que la obsesión de Milei con las frases altisonantes lo llevó a actuar antes de pensar? Lo cierto es que, en un acto que pretendía ser histórico, terminó cosechando burlas y un evidente desgaste en su imagen internacional.
El incidente confirma un patrón en el presidente argentino: priorizar el espectáculo sobre los hechos. Mientras en Plaza de Mayo se convocaban movilizaciones y discursos en defensa de Machado, la realidad ya los había adelantado por la derecha.
Más allá de su cruzada contra “el régimen”, el jefe de Estado debería considerar que, a veces, la prudencia y la información verificable valen más que cualquier titular. Aunque claro, pedirle mesa al presidente argentino parece tan complicado como coordinar una reunión regional por un tema que ya está resuelto.