Los ejes centrales de la reforma

Banco de horas: los trabajadores podrían acumular horas laborales para compensarlas con días de descanso en lugar de cobrar horas extras.

Esto permitiría jornadas de hasta 12 horas en algunos sectores, reduciendo costos para las empresas pero también los ingresos adicionales de los empleados.

Salarios dinámicos: se habilitaría la negociación salarial a nivel individual o por empresa, vinculada a productividad o bonos por rendimiento.

Esta medida debilitaría el sistema de paritarias y la negociación colectiva por rama.

Límites a demandas laborales: el proyecto propone acotar la litigiosidad estableciendo topes a las indemnizaciones y nuevos requisitos procesales para reducir costos judiciales empresariales.

Reformas en indemnizaciones: se plantea reemplazar el sistema actual por fondos de cese laboral o pagos en cuotas, especialmente para pymes.

Otras modificaciones: incluye digitalización de registros laborales, posibilidad de acordar salarios en moneda extranjera, fraccionamiento de vacaciones y pagos parciales en bonos o beneficios no contributivos.

Advertencias desde el sector jurídico

Según analistas, las medidas convierten el acceso al mercado laboral formal en un verdadero privilegio.

La debilitación del trabajador formal repercute directamente en el mercado informal, que toma como parámetro los derechos del empleo registrado.

Para amplios sectores del ámbito jurídico, más allá del discurso de modernización, lo que está en juego es el equilibrio histórico entre libertad empresarial y protección del trabajador que definió al derecho laboral argentino.