VIDEO | Karina interrumpió la reunión entre Milei y Macri y les avisó que Adorni era el nuevo jefe de Gabinete
Una llamada cruza la ciudad un viernes por la noche. Del otro lado de la línea, Javier Milei comparte una comida con Mauricio Macri. La negociación para el nuevo Gabinete avanza. Hay un consenso frágil, pero existe. Horacio Marín, un nombre con peso y experiencia administrativa, suena con fuerza para una pieza clave: la Jefatura de Gabinete.
Macri insistía con Marín por una razón de peso. El Jefe de Gabinete no es un título decorativo. Es el administrador real de la Nación, el hombre que ejecuta el Presupuesto Nacional y designa al personal del Gobierno. Una máquina de poder que requiere alguien que sepa cómo funcionan los engranajes del Estado. Frente a esa necesidad, figuras como Manuel Adorni y Santiago Caputo quedan en evidencia como opciones livianas, carentes de la envergadura necesaria para semejante responsabilidad.
📢MANUEL ADORNI SOBRE LOS DICHOS DE MACRI: "ME PARECE QUE ES BASTANTE INJUSTO"
— A24.com (@A24COM) November 3, 2025
El flamante Jefe de Gabinete le responde al expresidente.
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La conversación entre el Presidente y el expresidente fluía. Hasta que sonó el teléfono.
Era ella. Karina.
La llamada interrumpió la negociación y dinamitó el incipiente acuerdo. No fue una consulta. Fue un anuncio. Karina Milei le comunicaba a Javier lo que ella ya había decidido: Guillermo Francos quedaba fuera, y su salida se ejecutaría de inmediato, de manera desprolija y rústica, con las tratativas con Santiago Caputo aún abiertas. Un golpe de timón que dejó a Macri al margen, convertido en un mero espectador de una jugada que no consensuó.
¿Por qué la premura? ¿Qué urgencia tenía Karina para forzar la definición esa misma noche, sabiendo que su hermano no había hablado con Francos y que el pacto con Caputo no estaba cerrado? La respuesta parece anidar en la necesidad de control absoluto. La designación de Diego Santilli en Interior lo confirma. Santilli es un acierto político para el Gobierno, un hombre del PRO pero históricamente enfrentado a Macri. Eso lo hace funcional y, sobre todo, confiable para el círculo íntimo de la Casa Rosada. Agarra una cartera devaluada, pero su llegada consolida un nuevo mapa de poder.
El enojo de Mauricio Macri no es un capricho. Es la reacción de quien percibió, en tiempo real, cómo se esfumaba la posibilidad de un Gabinete de gestión para dar paso a uno de contención interna. Aprendió con Marcos Peña que las habilidades comunicacionales no bastan para administrar el país. Y ahora ve cómo cualquier atisbo de experiencia técnica se anula frente a una dosis letal de soberbia y lealtad familiar.
La pregunta queda flotando en el aire, tan incómoda como directa: en este gobierno, ¿quién tiene realmente la última palabra?








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