Martín Vestiga
Una producción de NOVA

Martín Vestiga, Pepe Ronista y el pasado terrorista del zurdo Taiana

Martín Vestiga y Pepe Ronista. (Dibujo: NOVA)

Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.

El respetado periodista Martín Vestiga se cruzó una vez más con su fuente más peculiar, el militante peroncho Pepe Ronista, ese hombre que parece haber salido de una parrilla sindical, con la camisa abierta, el olor a chorizo impregnado en la remera y una pasión por la política que solo se compara con su fanatismo por el choripán.

Todo empezó en la esquina porteña de Entre Ríos y Rivadavia, donde Martín Vestiga intentaba conseguir declaraciones sobre los nuevos movimientos internos del peronismo. Pero antes de que pudiera sacar su grabador, apareció Pepe Ronista, agitando un sánguche y diciendo sobre Jorge Taiana:

— Martín, vos no sabés lo que me enteré... Esto es dinamita política.

Martín Vestiga, curtido en años de coberturas y chismes ministeriales, se acomodó los anteojos, sabiendo que se venía otra historia de esas que harían temblar hasta los archivos de Canal 7.

— A ver, Pepe. ¿Qué traés ahora? — Preguntó, resignado.

— Te digo que en los setenta había más bombas que en Año Nuevo en mi barrio. — Empezó Pepe Ronista. — Y algunos de esos muchachos hoy son próceres, viste... Héroes con currículum que arranca con "participación activa en la historia nacional".

Martín Vestiga levantó una ceja. No era la primera vez que Pepe Ronista mezclaba épica militante con novela policial.

— Pepe, vos sabés que no podés decir esas cosas así nomás... — Intentó advertirle el periodista.

— ¡Pero si está en los libros, Martín! — Respondió Pepe Ronista, con la vehemencia de quien cree que Wikipedia es la Biblia del militante. — ¡Y encima después los largaron porque tenían familia!

Martín Vestiga suspiró. En su grabador quedaron mezcladas palabras como "bomba", "oficial" y "bar", pero también la sensación de que el relato de Pepe Ronista oscilaba entre el revisionismo histórico y el delirio de sobremesa.

— Pepe, la historia es compleja. No se puede andar simplificando todo. — Dijo Martín Vestiga, intentando cerrar la charla.

— Compleja las pelotas, Martín. — Contestó Pepe Ronista. — En este país hay tipos que prendieron mechas y hoy te dan clases de derechos humanos. ¡Y vos querés que yo no me enoje!

Martín Vestiga se fue caminando rumbo al Congreso, pensando que, en el fondo, Pepe Ronista era un reflejo del país: mezcla de memoria selectiva, humo de parrilla y un toque de teoría conspirativa.

Al final del día, Martín Vestiga no sacó ninguna primicia, pero sí una gran enseñanza: en la Argentina, todos tienen una versión distinta del pasado… Y algunos hasta traen su propio chimichurri ideológico.

Si quieres que yo siga en tu camino

No escuches lo que dicen los demás

El resto de las cosas que he vivido

Se enciende en tu cuerpo de ahora en más…

Lectores: 772

Envianos tu comentario

Nombre:
Correo electrónico :
Comentario: