Los análisis del Político Enmascarado: las chanchadas de Randazzo en la Legislatura bonaerense
El Político Enmascarado (PE) es un hombre oriundo del interior de la provincia de Buenos Aires, afincado en La Plata desde que vino a estudiar allá por el año 1966. Sociólogo y profesor de historia con varias maestrías en el exterior. Se define a sí mismo como un “peronista heterodoxo” con amigos variados de todas las ideologías y partidos.
Fue varias veces funcionario nacional, representó al país en el exterior en una importantísima embajada; fue funcionario provincial en reiteradas oportunidades y también funcionario municipal en La Plata, en el período 73/76, siendo un novel militante.
Su bajo perfil le permite desenvolverse en los más variados ámbitos y sentarse en las más diversas mesas políticas. Cuenta con la confianza de hombres de primer nivel y con la información de mucho de lo que pasa en la política a nivel nacional, provincial y municipal.
-¡Eh, mirá quién anda por acá! El Enmascarado, siempre apareciendo donde hay quilombo político. ¿Qué hacés por la city porteña?
-Paseando, observando… Y escuchando cosas jugosas. Vos sabés, la política argentina no descansa ni cuando corta la luz.
-Ajá… ¿Qué tenés ahora? ¿Otro chisme de pasillo de ministerio?
-No, peor. Tengo material histórico. Florencio Randazzo, sí, el que ahora se hace el paladín de la transparencia.
-¿El mismo que dice que "la política necesita decencia"?
-Ese mismo. Resulta que cuando fue diputado bonaerense entre el 2000 y el 2002, manejaba los hilos del peronismo en la Cuarta Sección Electoral. Tenía más poder que el intendente de Chivilcoy con las llaves del municipio.
-No me digas que era de esos que predican austeridad y cobran doble viático…
-Peor. Él decidía quién iba en las listas de concejales, a cambio de quedarse con el 50 por ciento de los contratos de subvenciones, subsidios y letras. Un sistema de trueque político… Versión "Randazzo Coin".
-O sea, el tipo no sólo manejaba la lapicera, también el marcador fluorescente con el que se subrayaban los billetes.
-Exacto. Y ahora se indigna por la corrupción. Es como si un zorro diera clases de vegetarianismo.
-Jajaja, lo imagino diciendo: "Yo no robé, invertí en lealtad partidaria".
-Tal cual. Y en Chivilcoy todos sabían el jueguito. Randazzo no necesitaba encuesta, con solo contar los sobres sabía cuántos votos tenía.
-Entonces cuando habla de "renovar la política"... ¿Será renovar los contratos?
-Posiblemente. En la Argentina, lo único que envejece más rápido que un ideal es un político que quiere parecer nuevo.
-Tenés razón, Enmascarado. Entre todos estos, el único que sigue siendo coherente es el que nunca tuvo poder.
-O el que lo tuvo… Pero todavía no lo descubrieron.








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