Mientras acomodaba sus papeles en un bar de la Avenida de Mayo, apareció el colega de dudosa reputación Enzo Brado, dispuesto a tirar una bomba de esas que dejan olor a pólvora en el aire.

Sin rodeos y con la sonrisa cómplice de quien disfruta más del chisme que de la información chequeada, Enzo Brado le susurró a Martín Vestiga que la mismísima vicepresidente Victoria Villarruel estaría retomando contactos con el ex candidato presidencial de NOS, Juan José Gómez Centurión.

Según Enzo Brado, la jugada no sería otra que conseguirle a Villarruel un sello partidario con pedigree para empezar a bordar la alfombra roja rumbo a 2027.

Martín Vestiga, con la solemnidad que lo caracteriza, arqueó una ceja como si estuviera frente a una primicia mundial, mientras Enzo Brado agitaba las manos como un director de orquesta de rumores.

El cuadro fue tan cómico que hasta el mozo, que solo quería dejar dos cafés y una medialuna, terminó inclinando la oreja para no perderse detalle.

De confirmarse lo dicho por Enzo Brado, la política argentina sumaría un capítulo inesperado: Victoria Villarruel asociada a Juan José Gómez Centurión, con el objetivo de fortalecer su proyección nacional.

Pero por ahora, la noticia circula únicamente en voz baja, entre un periodista de prestigio como Martín Vestiga y un eterno buscador de primicias dudosas como Enzo Brado, quienes transformaron una charla de café en la comidilla del día en CABA.

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