Milei apura un "swap" con EEUU para evitar la sangría de dólares: ¿Otro alivio efímero que hipoteca el futuro?
En un giro que busca maquillar la crisis económica, el gobierno de Javier Milei negocia un acuerdo con el Tesoro de Estados Unidos por hasta 20 mil millones de dólares, disfrazado de "swap" cambiario.
Aunque los detalles son opacos, el anuncio –con fotos junto a Donald Trump y el secretario del Tesoro Scott Bessent– marca un intento desesperado por resetear el vínculo con Washington.
🚨 | #URGENTE | RESCATE POLÍTICO | 🚨
— Nicolás (@NicoWhite81) October 1, 2025
Legisladores demócratas piden bloquear el rescate de US$20 mil millones a Argentina.
En Washington, demócratas como Elizabeth Warren y Neera Tanden exigen frenar el paquete de ayuda de Trump a Milei, tildándolo de "rescate a un aliado… pic.twitter.com/uVmxg1dtfP
Lejos de ser un triunfo, este arreglo revela la fragilidad de un modelo que prioriza la foto electoral sobre soluciones reales.
Técnicamente, el swap implica entregar pesos o bonos a cambio de dólares, con devolución más intereses al vencimiento.
El Ejecutivo lo vende como "no deuda", pero expertos lo desmontan: opera como un endeudamiento velado para cubrir 8 mil millones en vencimientos hasta enero 2026 y tapar reservas negativas del Banco Central.
Según distintos analistas, esto compromete pagos futuros e impacta las cuentas públicas, por lo que sería deuda disfrazada para ganar tiempo, sin resolver desequilibrios fiscales.
A todo esto la realidad golpea: el dólar blue escaló y el riesgo país repuntó, pese al "respaldo" de los repúblicanos yanquis.
Es que en Washington, los demócratas Elizabeth Warren y Neera Tanden exigieron frenar el paquete de ayuda, tildándolo de "rescate a un aliado político" con fondos de contribuyentes.
La Argentina libertaria no convence ni con selfies presidenciales.
Este "alivio" es un espejismo: calma momentánea que desplaza lo urgente –estabilidad cambiaria– por lo impostergable, como un ajuste salvaje que asfixia a jubilados y trabajadores.
Peor aún, el swap evade el Congreso. Milei lo califica de "operación técnica" entre bancos centrales, sin necesidad de aprobación legislativa.
Un atajo institucional que huele a opacidad y autoritarismo: ¿quién fiscaliza condiciones onerosas negociadas en la urgencia preelectoral de octubre?
Geopolíticamente, el arreglo apunta a cortar el swap chino de 18 mil millones de dólares, alineándose ciegamente con Trump.
¿Y si Beijing exige garantías? Milei arriesga un vacío financiero en nombre de una "libertad" que beneficia a fondos buitres, no a la soberanía argentina.
En síntesis, este swap no es salvavidas, sino boomerang. Ofrece oxígeno transitorio, pero agrava vulnerabilidades sin rediseño estructural. Mientras Milei posa con magnates, la inflación galopa y la pobreza acecha.
Expertos coinciden: sin atacar raíces fiscales, es más leña para la hoguera. ¿Pagará el pueblo esta apuesta electoral de un presidente que prefiere amigos en Wall Street a un Congreso que lo frene?








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