Además de haber tenido que dejar la Embajada Argentina de Venezuela en manos de Brasil, los diplomáticos nacionales volvieron a protagonizar un episodio confuso y problemático este viernes, cuando la ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Diana Mondino, salió a reconocer al opositor Edmundo González como presidente de Venezuela.

“Todos podemos confirmar, sin lugar a ninguna duda, que el legítimo ganador y Presidente electo es Edmundo González”, sostuvo la canciller desde su cuenta personal de Twitter, dejando clara su postura.

Viniendo estas declaraciones de la máxima responsable del área de relaciones exteriores de la Argentina, como era de esperarse, en las redes sociales, los medios y en distintos ámbitos se hicieron eco de estas palabras entendiéndolo como un reconocimiento formal del país a González como presidente electo de Venezuela. Las palabras “Argentina reconoce a Edmundo González como presidente” recorrieron las plataformas y los titulares de un lado a otro del mundo.

Sin embargo, pocas horas más tarde, desde Cancillería -área que se supone que conduce Mondino- salieron a llevarle la contra por medio de un comunicado en el que aclaran que Argentina continúa analizando la situación y que, por lo tanto, todavía no hay un reconocimiento formal por parte de Presidencia.

“La República Argentina sigue con extrema atención y preocupación los acontecimientos en Venezuela a fin de pronunciarse en forma definitiva”, dice en concreto el twitt oficial del organismo que conduce Mondino, dando a entender que contrario a las expresiones de la canciller, no hay todavía una postura oficial, sino que se está evaluando.

Desde ya, está claro que este tipo de enredos pueden suceder cuando un funcionario habla a título personal (como ocurrió con Victoria Villarruel y sus dichos sobre Francia) y luego las áreas correspondientes tienen que salir a aclarar que esas declaraciones no reflejan la postura del país. Lo que realmente descoloca en esta ocasión el área responsable de salir aclarar las palabras de Mondino, es justamente el área que maneja Mondino.

Si la Cancillería tiene que desmentir a la canciller, ¿entonces quién está realmente a cargo del organismo? ¿Cómo se la puede tomar en serio a Mondino si su propia área la desautoriza?

Lamentablemente, este no es el primer bochorno que protagoniza Diana. Vale recordar las inapropiadas declaraciones que realizó cuando visitó una base china y aseguró que “son todos iguales, son todos chinos”, rozando peligrosamente en un prejuicio racial impropio de alguien a cargo de las relaciones exteriores del país.

Como si no fuera ya suficiente con “Jamoncito” y “Bichacruel” causando escándalos y peleas innecesarias con cuanto país se les cruza en el camino, la persona que debería arreglar los asuntos externos no hace más que echarle leña al fuego y generar más controversias y confusiones.