Miralo ahora al que no trataba con comunistas: Milei le agradeció a Lula por cuidar la embajada argentina en Venezuela

Quizás las personas de memoria fugaz no lo recuerden, pero hace unos meses atrás, Javier “Jamoncito” Milei acusaba al presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” Da Silva, de “comunista asesino” sin tapujos y desdeñaba el trato con el país vecino, negándose a formar parte del bloque comercial internacional que integra junto con Rusia, China, India (BRICs), entre otros desplantes.
Si estuviéramos viendo la línea temporal de relaciones Argentina-Brasil como si fuera una vieja cinta de VHS y apretáramos el botón de “fast forward” para pasar aceleradamente la película, por veríamos desde las acusaciones de Milei a Lula; a sus promesas de “no tratar con comunistas”; luego el escándalo por la falta de gas en pleno invierno que terminó con el Gobierno Argentino rogándole a Brasil que le dé una mano y le mande un barco de Petrobras; después viene el faltazo a la reunión del Mercosur en el país carioca por ir a reunirse en cambio con el opositor Jair Bolsonaro en ese mismo territorio; y finalmente desembocamos en la más reciente falta del “Presiduende” a su palabra.
Milei acusa a Lula de ser "cómplice" de Maduro. Tres doritos después, Milei le tuvo que dar al Brasil de Lula la representación diplomática argentina en Venezuela para salvaguardar los derechos de nuestros ciudadanos y empresas en aquel país. El problema no sólo es que sean… pic.twitter.com/G5rVPvcjZT
— César Biondini (@BiondiniCesar) August 1, 2024
A estas alturas ya ha quedado bastante claro que Milei es lo más parecido a la versión humana de un perro chihuahua, un enano bocón que provoca e insulta desde la seguridad de las redes sociales, pero que cuando tiene que enfrentarse de veras a alguna situación, sale corriendo con la cola entre las patas. Tanto su postura ante Brasil como lo que ocurrió con sus bravuconadas hacia Venezuela luego de las recientes elecciones demuestran esta actitud de jetonear primero, y esconderse después.
Acostumbrado quizás a decirles cualquier barbaridad a la oposición pusilánime argentina sin tener repercusiones, Milei se metió de lleno a opinar sobre Venezuela y no dudó en tildar a Nicolás Maduro de dictador y desconocer los resultados de las últimas elecciones que lo dan como presunto ganador, asegurando que hubo fraude. Lo que “Jamoncito” no tuvo en cuenta es que, por muy cuestionable que pueda ser el tirano chavista en casi todos los aspectos, de lo que no se le puede acusar es de quedarse de brazos cruzados cuando lo basurean.
La reacción del Gobierno venezolano ante los ladridos del "Hombre Chihuahua" no se hizo esperar, y lo hizo del mismo modo que lo haría un adulto ante un perrito faldero que se le hace el loco y le muestra los dientes: le dio un voleo en el traste de forma figurativa pero también literal, al expulsar a los representantes diplomáticos de la Argentina del país.
Si la crisis que generaría en términos diplomáticos la expulsión de los representantes ya no fuera algo preocupante, además en la Embajada Argentina se encontraban refugiados seis opositores presuntamente perseguidos por Maduro. Es decir, la irresponsabilidad de Milei no solo hubiera afectado a nuestro país, sino también a los venezolanos que contaban en la protección diplomática para mantenerse a salvo del régimen chavista.
Y es aquí donde entre una vez más el carácter genuflexo de Milei en acción, quien tuvo que pedirle de nuevo la escupidera a su par brasileño. Y una vez más, Lula aprovechó para demostrar quién es el adulto responsable en las relaciones internacionales, aceptando la solicitud e interviniendo para salvar del bochorno al Gobierno argentino.
Así, Brasil se tomó la molestia de asumir la representación de Argentina en Venezuela luego de la partida de los diplomáticos nacionales, y a su vez custodiar la embajada con los seis opositores venezolanos adentro, algo que el Gobierno de Milei hubiera dado por perdido de lo contrario.
“La República Argentina agradece la generosidad del Gobierno brasileño al aceptar el requerimiento ante esta situación de emergencia, que se enmarca en los históricos vínculos de amistad entre ambas naciones y la asistencia brindada por Brasil en otras ocasiones”, informó por su parte la ineficiente Cancillería argentina, que parece estar pintada en todo este asunto.
Nobleza obliga: al menos el “Presiduende” tuvo la delicadeza de reconocer el rol de Brasil, aunque evitó nombrar de Lula directamente, por medio de sus redes sociales, lo que en estos días, es lo más parecido que podemos encontrar a una comunicación oficial.
"Agradezco enormemente la disposición de Brasil a hacerse cargo de la custodia de la Embajada argentina en Venezuela. También agradecemos la representación momentánea de los intereses de la República Argentina y sus ciudadanos allí", siguió dorando la píldora, pero cuidándose de no mencionar al presidente carioca.
Sin embargo, pese a haber dejado expuesto que por mucho que despotrique, Milei no tiene los medios necesarios para subirse a un ring con Maduro y ni siquiera es capaz de cuidar el territorio diplomático argentino sin ayuda del “comunista” Lula, el “Presiduende” siguió agitando el avispero: “No tengo dudas que pronto reabriremos nuestra Embajada en una Venezuela libre y democrática”, agregó en sus redes.
Por último, en un acto de descaro e hipocresía, Milei afirmó: “Los lazos de amistad que unen a la Argentina con Brasil son muy fuertes e históricos”, algo que suena muy poco sincero de su parte, teniendo en cuenta que el “Peluca” se ha ocupado de desdeñar y ningunear cualquier intento de cooperación bilateral entre ambos países.