La convocatoria, que fue realizada a través de un comunicado en el que el diputado nacional reconoció que la decisión es producto de “una enorme demostración de debate y participación” dentro del peronismo para “interpretar y llevar adelante las demandas de nuestra sociedad”, quedó trunco y no hubo mayores novedades para avanzar.

Todo esto se da mientras algunos intendentes clamaron por la continuidad de Máximo Kirchner al frente del PJ bonaerense y ante la falta del llamado del Congreso partidario para aprobar el llamado a elecciones que sólo se plasmó en un comunicado vía X (ex twitter).

Desde las veredas opuestas al jefe político de La Cámpora creen que no hay condiciones para que el PJ bonaerense se pliegue al cronograma nacional.

“No tenemos garantía que haya elecciones en el partido a nivel provincial”, dicen cerca de uno de los intendentes del Conurbano que se mueve con intenciones de suceder al hijo presidencial. “Si hay elecciones, tampoco sabemos cómo están los padrones, por lo que la elección podría ser escandalosa”, reclaman.

Mientras, el nombre de Cristina Kirchner comienza a sonar con mayor fuerza dentro de las filas del peronismo para que conduzca el partido a nivel nacional y se evite una lista por fuera, tratando de evitar una discusión partidaria y que pueda quedarse con la lapicera del espacio político con un único fin: sostener la unidad.

El Instituto Patria, la meca del Think Tank del kirchnerismo, comenzó a tener más movimiento durante los últimos días y Cristina busca ampliar la masa del espacio, con el paraguas del PJ. Incluso, pasaron por las oficinas dos dirigentes enemistados con la ex presidenta, como Miguel Pichetto y Guillermo Moreno.

Mientras, en la provincia, Axel Kicillof festeja que no haya internas partidarias, pese a que muchos dirigentes de la Mesa de Ensenada promuevan el descontento con La Cámpora, como son Jorge Ferraresi y Andrés Larroque. Cerca del gobernador dicen que “hay que preocuparse por la gestión” y que no hay lugar para una discusión partidaria.