La Unión Cpivica Radical (UCR) sigue siendo noticia a pesar de todos sus errores y desaciertos y cambios en la coyuntura política.
Específicamente, la UCR bonaerense aparece con mucha dinámica en los últimos meses por los pasos que van dando algunos de sus referentes.
Storani de Alfonsin pic.twitter.com/OC143DP1Sg
— Esteban Valenti (@ValentiEsteban) November 25, 2023
En toda una enorme madeja de interacciones políticas y negociaciones varias aparece como un dato no menor el denominado voto o postura “socialdemócrata” en este gran espectro radical.
Cuando se habla de "espectro" también se alude a un inmenso sector de radicales que juegan su juego, sea por dentro o por fuera de las estructuras legales del partido centenario de Leandro Alem.
En ese sentido, la hecatombe del 2001 no fue gratis para el partido radical, que terminó implosionando por las desdichas que generó el recordado presidente Fernando De La Rúa.
Tras ese histórico año algunos decidieron quedarse, y ese fue el caso de Federico Storani mientras que otros decidieron armar las valijas para vivir experiencias novedosas con el armado de otras agrupaciones como ocurrió con Elisa Carrió o Margarita Stolbizer y, por qué no, Ricardo López Murphy.
También estaba dando vueltas alguien que recién promediaba una primera época militante y era Ricardo Alfonsín.
Tanto Storani como Alfonsín se proyectan hacia el presente en un tenso tironeo para sumar gente a sus respectivos proyectos políticos para demostrar quien tiene el verdadero peso del voto progresista o socialdemócrata radical.
En este sentido, Federico Storani, desde hace unos 3 años a esta parte, viene abriendo la tranquera para que regresen dirigentes que estuvieron en el Gen o en el Ari o en experiencias filo kirchneristas.
Vienen a modo de "borrón y cuenta nueva" tal como se señalaba en la década del setenta. Asimismo, el ex ministro del Interior afianza identidad progresista unificando acciones con dirigentes de pensamiento similar -aunque no idéntico- como es el caso de Juan Manuel Casella y Martín Lousteau y, con ciertas reservas, con los hermanos Facundo Manes y Gastón Manes.
Storani parece que no junta sólo para una eventual interna, sino para aportar a un armado que, en principio, frene el plan económico de Javier Milei, su DNU y su ley bases, considerando a tales normas más perversas que las aplicadas durante la época menemista.
En tanto, Ricardito, como todos conocen, estuvo un tiempo dentro del partido haciendo alarde de la continuidad del proyecto socialdemócrata hasta que cesó su mandato al frente del Comité Provincia allá por 2016.
En 2017 rechazó alguna propuesta para integrar listas junto al PRO y se dedicó a mantener vivo un discurso antimacrista rabioso. Es por todos conocido su paso más allá de la alambrada para aceptar el cargo de Embajador de Argentina ante España durante la gestión del presidente Alberto Fernández.
Ya en el llano, en los últimos días aceptó formar parte del partido FORJA que sería algo así como los radicales que se fueron, no sólo para encarar alguna aventuar solitaria, sino conformando un mega espacio del cristinismo.
A Fredi y a Ricardito los une alguna coincidencia por la necesidad de contribuir a un frente electoral para el 2025 con o sin partido radical formal. Así las cosas, Storani trata de abroquelar todo lo que pueda de los sectores progresistas puertas adentro y Ricardo ya ensaya cánticos de sirena para que vengan muchos radicales que no se sienten identificados con gobernadores como Cornejo o con el ministro de Defensa Luis Petri.
Alfonsín tiene una fuerte inserción en el universo “pancristinista” y con el partido Forja (que preside Gustavo López, ex vice del Enacom) armará o intentará incrementar esa estructura en las ocho secciones electorales donde tiene ya un ejército de operadores.
Storani no está muy convencido de ser furgón de cola del kirchnerismo, pero se lo ha visto en algunos actos con sectores no muy duros del kirchnerismo, como dirigentes del Frente Grande, ATE y la CTA Autónoma y otros sectores sindicales.
El futuro inmediato puede deparar alguna señal importante de cara al futuro dado que Storani al depender de un buen resultado en las internas se fortalecería para darle impronta de centroizquierda a la UCR y alejarla lo más posible de la oficialista La Libertad Avanza y del PRO. Si esos resultados no se dan, es posible que escuche tentadoras músicas para armar por fuera en alguna convocatoria a primarias.
En tanto, Alfonsín ya tiene resuelto ese tema de moverse por fuera de las formalidades de su partido pero también pertenece a una de las tantas galaxias que conforman el gran universo kirchnerista donde conviven decenas de pequeños partidos y agrupaciones en una relación radial con Cristina Fernández de Kirchner, que suele no regalar mucho a la hora de usar su lapicera.
Por eso, estos meses serán cruciales para el futuro de ambos. Para uno será deber el de obtener el mejor resultado en una interna bonaerense y para el otro el de hacer crecer esa réplica de radicalismo por fuera de las fronteras del centenario partido.
El tiempo dirá, quien se queda con la mayor convocatoria y quien se muestra como el radical progresista más fuerte ante una mesa de negociación donde se decida el armado de un frente opositor. Esto es así porque habrá muchos referentes y candidatos para muy pocos espacios en las respectivas listas para candidatos legislativos.