La vicepresidente confirmó una sesión para el miércoles a las 10 de la mañana, que podría extenderse hasta la medianoche. Sin embargo, la sorpresa vino al anunciarse que la reunión de labor parlamentaria se adelantará al lunes, en lugar del martes como se esperaba. Este encuentro, donde se definen las pautas de la sesión, será crucial para evitar sorpresas, especialmente en temas como ganancias, la privatización de Aerolíneas Argentinas y la delegación de facultades, que aún corren el riesgo de ser rechazados.

Villarruel, que busca enemigos en todos lados, busca reunirse el lunes al mediodía con las autoridades de los bloques aliados, incluyendo el PRO, UCR, Unidad Federal y partidos provinciales, para asegurar un debate ordenado. Esta medida podría fracasar debido a las dificultades logísticas de los legisladores para llegar antes a Buenos Aires.

Estrategias y desafíos internos

El oficialismo pretende debatir los temas por títulos y abrir solo los capítulos y artículos con diferencias significativas. Ezequiel Atauche, jefe del bloque de LLA, estuvo recorriendo despachos para identificar las discrepancias que persisten y lograr un consenso.

Desde el Senado, en un intento de negar la psicosis que envuelve al Gobierno, explicaron que el adelantamiento de la reunión no se debe a la derrota en Diputados, sino a la necesidad de llegar "más ordenados a la sesión". Sin embargo, esta decisión se tomó tras el golpe recibido por la administración libertaria en la cámara baja.

Desde la Casa Rosada, se informó que Guillermo Francos, por ahora, no tiene agenda en el Senado, aunque el gobierno confía en contar con 38 votos para la aprobación general, sumando a toda la oposición no peronista, excepto al radical Martín Lousteau.

Intereses y negociaciones en juego

Para asegurar los votos, la última firma para dictaminar fue la del santacruceño José María Carambia, quien obtuvo una suba del 3 al 5% de las regalías mineras a cambio. Sin embargo, un fuerte lobby minero busca eliminar este artículo, lo que complicaría alcanzar la mayoría necesaria. Además, la UIA intentó bloquear al menos dos artículos del Régimen de Incentivos a las Grandes Empresas (RIGI).

Carambia y su compañera de bloque Natalia Gadano evalúan bloquear la ley ómnibus si el gobierno amenaza con vetar el aumento de las jubilaciones. Si mantienen esta postura, no habrá sesión posible.

Debates cruciales y posturas divergentes

Durante el debate en comisiones, los santacruceños propusieron votar primero la reforma fiscal y, tras su sanción, avalar la ley ómnibus. Esta estrategia fue discutida entre varios referentes dialoguistas, aunque el gobierno prefiere obligar a los santacruceños a aceptar el premio de las retenciones mineras, estimado en 20 mil millones de pesos anuales.

La reforma de Ganancias enfrenta dificultades para ser aprobada, ya que los gobernadores del sur generaron recelo entre sus colegas del norte al obtener una deducción del 22 por ciento de los mínimos imponibles. En el gobierno creen que el capítulo Ganancias será rechazado con más de 40 votos, permitiendo a Diputados insistir con la versión original.

Privatización y facultades delegadas en la cuerda floja

La privatización de Aerolíneas Argentinas no cuenta con los votos necesarios en el Senado, y el oficialismo ya planea un método de votación para dejarla fuera, proponiendo un texto alternativo durante la sesión. Las facultades delegadas también están en riesgo, especialmente por la oposición del radical Pablo Blanco y los posibles rechazos de los santacruceños, lo que dejaría al gobierno sin los votos suficientes.

Francos, jefe de Gabinete, espera que los proyectos pasen a Diputados, donde confían en ratificar la versión original de los artículos modificados en el Senado. Mientras tanto, sigue haciendo llamados para asegurar los apoyos necesarios.