Hace poco, nuevamente Gabriela Neme desenmascaró algo que reviste suma gravedad, aunque por estos lados esté asimilado y no pase nada, o pareciera que no va a pasar nada. Y es que, en una recorrida y con una clara consigna, que es demostrar que los funcionarios de Gildo Insfrán, los que son proveedores del Estado y el propio gobernador, no tienen las mismas condiciones que el resto de los ciudadanos con la empresa que distribuye la energía, REFSA, que dicho sea de paso, es administrada por el mismo Insfrán.
Los mismos que elaboran propaganda televisiva y radial cargando contra el Gobierno nacional por el ajuste desmedido y la suba de precios en las tarifas (Formosa es una de las que más alta las tiene), parece que no tienen las cuentas claras, o mejor dicho, las tienen re claras. Mientras la gente paga sumas siderales, alguno de ellos, como el gobernador, ni siquiera tiene una conexión adecuada, la que exige el reglamento de instalación del sistema de REFSA, sin medidor a la vista, como establece la ley… ¿Estará colgado de la luz Insfrán?
Con el desafío de mostrar si los funcionarios y el propio Insfrán cumplen, pidió que muestren sus facturas, si pagan, que las muestren.
De independientes, nada
Mientras se escriben estas líneas, en un acto que se estaba desarrollando en el Circuito Cinco, una pareja que quiso participar del desfile que montó el Gobierno de Gildo Insfrán en el marco de la Revolución de Mayo, fue detenida y llevada a la Comisaría Quinta porque quisieron mostrar su descontento con el Gobierno local y enseñar un cartel.
Fue la propia Neme la que registró el incidente que nuevamente marca a las claras que las frases lindas que dice Gildo, no tienen nada que ver con la realidad del día a día. Y que eso de que al “odio les respondemos con amor”, no se condice con lo que sucede.
Hace poco había sido el caso de un joven que le hizo un gesto obsceno en un semáforo y que fue perseguido y tratado como si fuera un delincuente de la peor calaña, detenido y en condición de “desaparecido” por varias horas, sin informarles nada a la familia, que se terminó enterando por los medios.
Luego, liberado, pero impedido de acercarse a Insfrán a menos de 50 metros y sin “poder hablar” del tema en los medios a riesgo de volver a ser detenido por “mostrar el dedo guaso” al mandatario. Increíble, pero esto pasa en la Formosa donde no hay democracia, sino una Gildocracia.
Esta vez, se trató de una pareja, que fue maltratada por la Policía de Insfrán y que, de no ser por el poder de difusión que tienen ahora las redes en colaboración de los medios de comunicación, no se sabe qué podría haber sucedido.
Otro claro ejemplo de hacer lo que yo digo y no lo que hago. Insfrán sabe muy bien de eso.
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