Misiones: en un clima cada vez más tenso, la Renovación enfrenta una histórica rebelión
Después de 20 años gobernando de forma ininterrumpida, el Frente Renovador de la Concordia vive su primera crisis de gran escala. El partido creado por el ex gobernador Carlos Rovira en 2003, enfrenta una histórico acampe de trabajadores que, en diferentes grados, dependen de la administración pública y que reclaman mejoras salariales.
Lo que empezó con una serie de paros docentes en diferentes localidades y un acampe de policías y penitenciarios frente al Comando Radioeléctrico de Posadas, se convirtió en una enorme movilización que fue sumando cada vez más adhesiones y que pusieron a Misiones en el ojo de los medios nacionales.
Los trabajadores reclaman un aumento de cien por cien en los salarios; pedido que viene siendo rechazado por el Estado provincial, al tiempo que la tensión sigue creciendo.
“No le pedimos nada fuera del lugar, sino que un agente gane el límite de la canasta familiar. Si los de abajo están bien, nosotros vamos a estar mejor”, afirmó Ramón Amarilla, quien oficia de vocero de los efectivos.
Con el correr de los días se sumaron al acampe los trabajadores de Salud, de los medios estatales, otros sectores de la administración central, además de estudiantes universitarios, guardaparques, bomberos y hasta productores rurales, que mantienen sus propios reclamos contra las políticas del presidente Javier Milei.
La amplia convocatoria coincide con un acercamiento del gobierno provincial con el libertario, que se tradujo en un acompañamiento de los legisladores misioneros a la Ley Bases.
“La maestra, el enfermero, los jubilados, la policía, absolutamente todos los trabajadores estatales, tenemos el mismo problema hace mucho tiempo: no nos alcanza la plata. Con los terribles aumentos de los últimos meses, miles de familias se endeudan para llegar a fin de mes”, afirmó Juan Carlos Benítez, enfermero y secretario general del Sindicato Unión de Trabajadores y Agentes Asistenciales de la Salud (SUTAAS), sector que también está en plena lucha con mesa de diálogo aún abierta con el gobierno provincial.
Aunque históricamente la Renovación mostró una gran capacidad política para aunar bajo su paraguas a varios sectores sindicales, estas protestas parecen haberle puesto un punto final al método de negociación salarial. Hasta ahora, el gobierno negociaba los aumentos con los gremios más representativos. Pero en los últimos años también los sindicatos comenzaron a perder representatividad en las bases. En el caso de los docentes, el gobierno acordó una mejora salarial con los gremios tradicionales que no fue convalidado por los docentes autoconvocados, quienes hoy por hoy son la mayoría.
Tal es la tensión que los empleados de la Legislatura Provincial y de la Policía de Misiones instalaron un triple vallado en la Cámara de Diputados. Sin embargo, la barricada no impidió la numerosa movilización que tuvo lugar mientras los legisladores sesionaban el jueves.
Los manifestantes ingresaron al hall luego de tirar vallas y se enfrentaron con los policías, que respondieron con gas pimienta. Luego, la protesta continuó en el frente de la casa del gobernador, Hugo Passalacqua, en pleno centro de Posadas.
También hubo marchas del personal sanitario frente al Ministerio de Salud de la provincia, y de yerbateros frente al Instituto Nacional de la Yerba Mate. Aprovechando la atención puesta por los medios nacionales, cada vez más sectores se movilizan hacia la capital provincial para elevar diferentes reclamos.
El acampe en el Comando Radioeléctrico se extiende por varias cuadras y ni las tormentas registradas el jueves dispersaron la concentración. Nadie quiere abandonar la lucha debido al clima “histórico” que sobrevuela el ambiente.
El gobierno de Misiones denunció a los efectivos policiales y penitenciarios por "sedición" y exigió la devolución de vehículos presuntamente robados por los manifestantes. Sin embargo, en las últimas horas, el gobierno bajó el tono y se mostró dispuesto a seguir con las negociaciones sin aplicar sanciones a los manifestantes.
Lo cierto, es que la gran movilización destapó la asimetría salarial respecto a otras provincias, con el agravante de que los misioneros pagan más caro que otros argentinos algunos servicios esenciales como la luz, el agua y las garrafas de gas (es la única provincia sin gasoducto).
En un creciente clima de descontento agravado por las medidas del gobierno nacional que golpearon duro a los salarios, la Renovación tendrá que definir si acompaña la política de motosierra y licuadora de Milei o acepta los reclamos de los trabajadores.