Definido como un "anarcocapitalista" y comparado con figuras como Donald Trump y Jair Bolsonaro, la nota destaca que las medidas de austeridad de Milei han afectado a los argentinos comunes, con una inflación anual cercana al 300 por ciento, una de las más altas del mundo.

Bergengruen también menciona a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, descrita como una "ex tarotista que hasta hace pocos años vendía tortas en Instagram". Además, resalta la hostilidad de Milei hacia los medios de comunicación, mencionando el cierre de la agencia de noticias estatal Télam y su actitud agresiva hacia periodistas críticos.

En la entrevista con Time, Milei reiteró su deseo de volver a las raíces liberales de Argentina y defendió sus políticas económicas. Al ser consultado sobre la dolarización, uno de los emblemas de su campaña, respondió con evasivas, insistiendo en que la discusión es sobre la competencia de monedas.

Milei también habló de su "batalla cultural" contra el socialismo y defendió la eliminación del lenguaje inclusivo en el ámbito estatal como una forma de dar libertad. Sobre su uso de las redes sociales, Milei sostuvo que es un problema personal y criticó al periodismo argentino, calificándolo de "mentirosos" y "una cloaca".

En cuanto a su relación con Estados Unidos, destacó que el país norteamericano es un aliado estratégico, independientemente de quien gane las elecciones, y mencionó su buena relación con el gobierno de Biden. Respecto a Israel, defendió su derecho a la legítima defensa y aseguró que sus acciones están en línea con las reglas internacionales.

Finalmente, sobre China, Milei reiteró su postura de no hablar con comunistas y aclaró que el comercio es una cuestión del sector privado, no del alineamiento político.