El análisis, a cargo de Martín Castellano, jefe de Research para América latina, ponderó lo que describió como “una terapia de shock” que se basó en la austeridad fiscal, el endurecimiento monetario y una mayor liberalización para estabilizar la economía.

Asimismo, el IIF advirtió sobre la necesidad de avanzar en las reformas para consolidar el ajuste fiscal sin perder de vista el desafiante contexto político que enfrenta Milei a la hora de impulsar esos cambios.

Con menos regulaciones, en los primeros cinco meses desde que asumió el “Presiduende”, el Banco Central logró acumular reservas por unos 12.000 millones de dólares. Pero según el instituto, se requieren otros 10.000 millones para poder levantar el cepo cambiario.

En la visión del Gobierno, y utilizando palabras del propio Presidente, cuando eso ocurra "la economía va a subir como pedo de buzo". Milei había estimado que la salida del cepo podría darse en el inicio del segundo semestre del año. Veremos.

“Estimamos que la plena liberalización del mercado de divisas, que debería allanar el camino para una recuperación del crecimiento, requeriría 10.000 millones de dólares adicionales en reservas”, calculó Castellanos.

Y además habló del respaldo del Fondo Monetario a la Argentina. “El FMI ha apoyado el programa del Gobierno, mostrándose de acuerdo con el ambicioso plan de consolidación fiscal, a pesar de su preocupación por la calidad y sostenibilidad del ajuste del gasto. (pero) desearía ver más progresos antes de comprometer fondos adicionales, incluida una mayor claridad en el marco de la política monetaria y un apoyo político más amplio”, consideró.

El paper destaca que el ajuste del gasto y la menor emisión monetaria contribuyeron para reducir el déficit y la inflación, aunque señaló los efectos sobre la actividad económica. Advierte también por una mayor conflictividad social por los efectos de la crisis, pero destaca que Milei mantiene altos índices de respaldo popular.