Kicillof se la juega: rearma el Gabinete bonaerense para ser el jefe político del peronismo
El gobernador bonaerense Axel Kicillof, comienza a mover los peones para llenar casilleros y avanza en una estrategia para quedarse como la principal figura del peronismo, mientras Javier Milei mantiene los hilos del país.
En los próximos días, el mandatario bonaerense completará parte de su gabinete y se recuesta sobre el poder territorial de los intendentes para contrarrestar el poder de fuego que tiene La Cámpora, aunque con pie de plomo, para hacer funcionar la Legislatura.
Uno de los intendentes que tendrá un espacio dentro del Gabinete bonaerense será Mario Ishii, quién se quedará con la codiciada Vialidad y ostentaba el sector que encabezaba Martín Insaurralde. Será el espacio para Roberto “Roni” Caggiano, quién administra la obra pública en el distrito del poncho.
Ishii es uno de los intendentes que se quedó fuera de la Mesa de Ensenada, pero que llevó adelante la cruzada para que Kicillof reelija en la Provincia y resistió el embate contra La Cámpora que pedía que el actual mandatario encabece la boleta nacional.
En José C. Paz, todavía sorprendidos por la definición de Ishii, sostienen que Kicillof se lleva al mejor jugador del distrito. Hombre de confianza del hombre del poncho y el que pone en hechos los discursos del intendente.
Otro de los lugares a llenar por el gobernador es el sector que administra las políticas de Augusto Costa para el sector Cooperativo. Allí, Kicillof definió que sean los movimientos sociales impongan un jugador y es Emilio Pérsico que impone un nombre, pero que mantiene l consenso de Juan Grabois.
Se trata de Gildo Onorato, mano derecha de Pérsico y jefe electoral de la pata política del Evita, La Patria de los Comunes, que será uno de los garantes de la coordinación para la contención de las demandas populares.
De otro lado de la grieta del peronismo, otro que llegará al Gabinete bonaerense es Martín Sabbatella, un aliado a Máximo Kirchner que prepara reduce su participación política a Morón, pero con poder de fuego en algunos distritos aliados del mandatario provincial.
El referente de Nuevo Encuentro es otro de los exfuncionarios nacionales que formará parte del Gobierno bonaerense y el expresidente de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) ocupará el sillón principal del Comité de Cuenca del Rio Reconquista (Comirec).
Con todos estos movimientos, Kicillof se pone al frente del peronismo y busca poner a todos bajo el mismo paraguas. Con resquillas internas, relega al camporismo a la Legislatura y busca conformar una alianza táctica con los radicales y libertarios disidentes para aislar al PRO.
Por otro lado, los gobernadores de la pampa húmeda buscan generar una alianza y acudir al Pacto de San José de Flores, que podría sortear los impuestos nacionales y liquidar los granos de la cosecha gruesa de Santa Fe y Córdoba a través del Banco Provincia de Buenos Aires, una jugada riesgosa, pero hábil.
La mirada de Cristina
Quienes frecuentan a la líder de un sector del peronismo se sorprenden por el diagnóstico de Cristina Kirchner sobre la realidad. “Milei es el político con más coraje del país. Tiene una forma kirchnerista de avanzar, no retrocede si pierde”, le adjudican como enunciado y agregan “en el peronismo no tenemos a nadie con el suficiente coraje para enfrentarlo”.
Ante este postulado, Cristina sostiene que el peronismo no tendrá herramientas para disputar un electorado descontento con la coyuntura, pero se asegura un lugar como “la única” que puede disputar poder al poder real.
¿Será éste el escenario para que Axel Kicillof agarre “el bastón de mariscal”? lo concreto es que el mandatario bonaerense avanza con una estrategia de ataque, mientras reagrupa las piezas en defensa con un enroque, para cuidar a la dama.