Economía y Empresas
¿La culpa es del Estado?

Los abuelos perdieron el 50 por ciento del valor desde la expropiación de las AFJP

El retraso en el poder adquisitivo de los jubilados y pensionados se abre abre camino en medio de la inflación más drástica de los últimos 32 años. (Dibujo: NOVA)

Desesperado por levantar un tercer puesto en las elecciones, el Gobierno anunció un nuevo bono para un umbral de 3 millones de jubilados y pensionados con 60 años o más, y que cuenten con un haber mínimo y medio al mes.

Se trata de una suma de 45 mil pesos dividida en tres tramos de 15 mil, los cuales se aplicarán entre septiembre, octubre y noviembre respectivamente. Dada la fórmula previsional y cambios discrecionales dispuestos por Economía, el haber mínimo jubilatorio quedará apostado en los 87.459 pesos mensuales, que es equivalente a poco más que 118 dólares al valor blue a la fecha de publicación de esta nota.

Contabilizando los bonos adicionales (que no son parte de la fórmula previsional y que se perderán con el paso de las elecciones), la jubilación mínima efectivamente percibida ascenderá a los 124.459 pesos mensuales, que son equivalentes a 168 dólares al tipo de cambio alternativo.

Es importante destacar que este monto es fuertemente menor a la jubilación mínima establecida en la década del ’90 con un sistema privado, cuando los jubilados, comandados por Norma Plá, hicieron años de protesta continúa por bajos haberes. En aquél momento, el mínimo se ubicaba en 150 dólares por mes, que a moneda extranjera de hoy serían unos 310.

Ese valor además, era el piso al que se había llegado luego de su privatización en 1994, corrigiendo décadas de desastres económicos y sistemas mixtos. En octubre de 2008, el día antes de que Cristina Kirchner anuncie la expropiación de las AFJP, la jubilación mínima se ubicaba en los 218 dólares mensuales, casi un 50 por ciento superior a lo que perciben los jubilados de hoy con el sistema de reparto completamente controlado y administrado por el Estado.

Nuevamente, esos 218 dólares hace aproximadamente 15 años, ajustando por inflación y poder adquisitivo, eran equivalentes a 310 dólares a la fecha, casi 150 dólares más que lo que hoy va a pasar a ganar un jubilado con el bono especial del Gobierno, que sale del bolsillo de los contribuyentes.

El sistema de reparto estatal en la Argentina es, de hecho, uno de los más deficientes según el relevamiento que realiza el Mercer Institute, en los cuales se computa información sobre un total de 43 países seleccionados. La última medición del instituto concluyó que el sistema argentino ocupó el lugar 42 sobre los 43 relevados, a duras penas por delante del sistema previsional de Tailandia.

El Global Pension Index del instituto selecciona un umbral de países que concentran hasta el 65 por ciento de la población mundial, lo cuál dota de representatividad a la muestra. El sistema previsional kirchnerista es actualmente un fracaso en las tres dimensiones principales relevadas por el índice: adecuación del sistema, sostenibilidad a largo plazo y su grado de integridad.

Tras la estatización de las AFJP no solo fueron confiscados por ahorros de los afiliados, sino que además los haberes previsionales se deterioraron sistemáticamente, se anuló completamente el esfuerzo de transición realizado en la década de los '90, se reinstauró el problema del envejecimiento poblacional sobre las arcas públicas y se desperdició una oportunidad inédita para el desarrollo de un mercado de capitales doméstico.

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