La inflación del asado: el efecto nocivo del Gobierno de Alberto
Muy lejos de la promesa que Alberto Fernández y Cristina Kirchner hacían en aquel spot de campaña de 2019, asegurando que durante su eventual gobierno encender las parrillas volverían a ser un ritual habitual en todos los hogares del país, el popular asado de los argentinos pasó a ser un menú prácticamente de élite.
En los cuatro años de gestión del Frente de Todos, el tradicional corte vacuno, la tira, trepó un 762 por ciento y se volvió inalcanzable para la mayor parte de la población.
"Che...¿sale asado?". ¿Se acuerdan de este spot? En 2019, el kirchnerismo prometía asado para todos pero en el 2020 el consumo de carne cayó al nivel más bajo de los últimos 100 años, según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados. pic.twitter.com/Q8ZPLFaOzG
— José Cano (@JCanoOK) January 10, 2021
Haciendo un repaso, según los informes mensuales del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), se observa que en noviembre de 2019, el precio del asado de tira en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) era de 266,82 pesos por kilo mientras que en agosto de 2023 saltó a 2.509,5 pesos por kilo, es decir un 840,5 por ciento más que en el momento de la publicidad preelectoral en la que los Fernández aseguraban que faltaba poco para recuperar la sana tradición argenta, y un 762 por ciento más que en diciembre de 2019, mes en el que el kirchnerismo agarró el timón del país.
Solo en el último año, desde agosto de 2022 al mismo mes de este año, el aumento de la carne de vaca en el AMBA se disparó un 124,9 por ciento.
De acuerdo con el relevamiento del IPCVA, durante el octavo mes de 2023, los precios de los distintos cortes de carne vacuna se incrementaron un 30,2 por ciento en el AMBA y con este nuevo salto, la variación interanual trepó al 124,9 por ciento. El precio del pollo fresco, por su parte, subió un 16,1 por ciento en agosto 2023 con respecto a julio y un 118,2 por ciento interanual. En tanto, el precio del pechito de cerdo creció un 19,6 por ciento en el octavo mes de 2023 y un 105,4 por ciento en un año.
Según el estudio, en los barrios de nivel socioeconómico alto los precios de la carne de vaca subieron un 24,9 por ciento; en los de nivel medio, un 31,5 por ciento; y en los de nivel bajo, un 31,3 por ciento.
Dentro de las categorías, en agosto, la carne de novillito registró un alza del 26 por ciento; la de vaquillona y ternera, un 36.1 por ciento; mientras que la de novillo se disparó un 39.8 por ciento. Asimismo, los precios de los animales livianos de consumo minorista aumentaron, en promedio, el 29.1 por ciento respecto del mes anterior.
Por su parte, el precio de la media res tuvo una variación mensual del 36,5 por ciento y del 119,8 por ciento versus agosto de 2022.
Si se analiza por zonas, se ve que los precios de la carne vacuna mostraron alzas en todas las del AMBA: en el sur de Gran Buenos Aires (GBA) llegaron al 34,6 por ciento; en Capital Federal al 26,8 por ciento; en el norte de GBA al 24 por ciento y en el oeste del GBA al 35,4 por ciento.
Respecto de los distintos puntos de venta, durante agosto se registraron diferencias: en las carnicerías los precios subieron un 36,2 por ciento en relación a julio y acumularon un 126,9 por ciento anual, mientras que en los supermercados se incrementaron un 17,4 por ciento mensual y un 120,8 por ciento en un año.
Pese a que el gobierno nacional se autodefine como “popular”, los cortes que más aumentaron en el octavo mes de 2023 fueron los que llevan los consumidores con menor poder adquisitivo: la picada común, con el 39,9 por ciento; el osobuco con 32,3 por ciento y la tortuguita con 34,3 por ciento.
Actualmente, “el peceto tiene un precio de 274,9 pesos más en supermercados, un 8,3 por ciento superior que las carnicerías”, indicó el IPCVA. Lo mismo ocurre con la colita de cuadril, detalló el instituto, que se encuentra 167,2 pesos más cara en los súper, 5 por ciento más. En contraposición, el precio de la falda es un 45,6 por ciento más barata en los supermercados, llegando a una diferencia de 793,6 pesos, así como la picada común que cuesta un 40,1 por ciento menos con 763,1 pesos menos. La nalga, uno de los cortes más demandados, usado para hacer milanesas, en cambio, es un 7,9 por ciento más barata en las carnicerías, donde ronda los 250,46 pesos menos.
En cuanto a las otras carnes, de acuerdo con el relevamiento, en el AMBA el pechito de cerdo cuesta 47.11 pesos menos en las carnicerías (2.8 por ciento); y el pollo entero 209.3 pesos más barato por kilo en las grandes superficies (24.1 por ciento).