¡Reprobados! La mitad de las provincias redujeron el porcentaje de su presupuesto en educación

Gobernadores peronistas y radicales vienen reduciendo sistemáticamente el presupuesto educativo en relación al presupuesto total en los últimos años en sus provincias, para gastar más en política.
Mientras el peronismo y el radicalismo se unen para criticar las propuestas liberales del candidato presidencial Javier "Comeperro" Milei, en 12 de las 24 provincias donde gobiernan cayó la participación de la educación dentro del presupuesto entre 2004 y 2021.
"Entre 2004 y 2021 la mitad de las provincias disminuyeron la participación en educación de sus presupuestos"
— Argentinos por la Educación (@ArgxEdu) May 23, 2023
Víctor Volman, Director del Observatorio de Argentinos por la Educación, en @todonoticias. pic.twitter.com/S3f8eRVeNk
De acuerdo a los datos publicados por el Ministerio de Economía (MECON), el presupuesto para educación primaria, secundaria y universitaria a nivel provincial pasó de representar el 25,7 por ciento del total en 2008 al 21,8 por ciento para el año 2021, pero al mismo tiempo el gasto total consolidado de estas jurisdicciones se incrementó del 13,47 por ciento del PBI al 15,12 por ciento.
Asimismo, en comparación con el año 2004, el gasto público consolidado de las provincias creció 4 puntos del PBI y superó cómodamente a su promedio histórico, pero la participación educativa se redujo con respecto al 23,3 por ciento observado en aquel entonces.
Es claro que mientras discursivamente dicen que la educación pública es fundamental, la prioridad del gasto público para las provincias cada vez más se inclina por partidas “políticas”, como el crecimiento de la planta de personal burocrático, transferencias discrecionales o empresas estatales deficientes que operan a nivel local. El peso que ocupa el presupuesto educativo se reduce sistemáticamente.
Se multiplicaron las erogaciones en 15 años de presupuesto expansivos sobre la mayor parte de las 24 jurisdicciones, así como también sus ingresos tributarios (la mayor parte de las Provincias tienen superávit o equilibrio fiscal), pero aún así la participación del presupuesto educativo retrocedió al nivel más bajo desde 1993. Se debe tener en cuenta que las provincias son responsables directas del 75 por ciento del presupuesto educativo del país.
Esto quiere decir que se vuelve al punto de partida desde la descentralización de la educación anunciada en 1992, una medida que precisamente apuntaba a incrementar el rol del federalismo en el gasto educativo. El proceso se revirtió gradualmente en los últimos 15 años por los cambios en el orden de prioridades por la mayor parte de los gobernadores.
De acuerdo a un reciente informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, se concluye que 11 de las 24 jurisdicciones locales redujeron de forma contundente el peso del presupuesto educativo por sobre el total entre 2004 y 2021. Los casos más relevantes en este sentido fueron la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (con una reducción de 8,8 puntos porcentuales) y Mendoza (en donde la participación cayó el 7,3 puntos porcentuales).
La caída relativa en peso de la educación también se observó en Provincias como Catamarca (-1,74 pp), Jujuy (-2 pp), Corrientes (-2,1 pp), Santa Fe (-3,0 pp), Córdoba (-3,74 pp), Chaco (-5,43 pp), San Juan (-6,4) y Santiago del Estero (-6,9 pp). Aún así, Salta, Neuquén y Misiones aumentaron la proporción de esta partida en 8,1, 6,6 u 5,3 puntos porcentuales respectivamente.
La proporción del presupuesto educativo varía significativamente dependiendo de la jurisdicción. La Provincia de Buenos Aires lidera el ranking con una participación del 31 por ciento, seguido por Salta con 29 por ciento, y Neuquén, Rio Negro y Santa Fe con 27 por ciento. La Ciudad de Buenos Aires, Santa Cruz y Santiago del Estero ostentan los resultados más bajos con 17 por ciento y 18 por ciento respectivamente.
Pero no solo empeoró la distribución de los gastos provinciales sino también su eficiencia. La mayor parte de los gastos educativos son salarios docentes, y esto no se explica por el reconocimiento de elevadas remuneraciones en comparación a otras profesiones sino simplemente por la sobreintensidad en mano de obra que tiene este sector en el Estado. La asignación de recursos para el mantenimiento físico de las instalaciones educativas ocupa un rol marginal dentro del total.