El arcón de los recuerdos
Capítulo 1

La trágica muerte de Thelma Stefani: ¿cuáles fueron las causas de su suicidio?

Thelma mostrando sus atributos en la película “El telo y la tele”, junto a Guillermo Francella.
Sus padres ocuparon un lugar importante en la vida de Thelma. La noche trágica se comunicó con ellos. Les dijo que se iba de viaje…lejos. Fue el adiós a don Augusto y a doña Nélida.
Sus padres ocuparon un lugar importante en la vida de Thelma. La noche trágica se comunicó con ellos. Les dijo que se iba de viaje…lejos. Fue el adiós a don Augusto y a doña Nélida.
Consuelo. Es el que trata de acercar el capellán en la capilla del Cementario de la Chacarita a los padres de Thelma. En el extremo derecho se ve a Alejandro Louvello, el novio de la actriz. (Foto: Radiolandia 2000)
Consuelo. Es el que trata de acercar el capellán en la capilla del Cementario de la Chacarita a los padres de Thelma. En el extremo derecho se ve a Alejandro Louvello, el novio de la actriz. (Foto: Radiolandia 2000)
Congoja. Es la que invadió al novio de Thelma, Alejandro Louvello, (centro). Pese al distanciamiento de los últimos días, la actriz acudió a él la noche de su muerte, llamándolo por teléfono. (Foto: Radiolandia 2000)
Congoja. Es la que invadió al novio de Thelma, Alejandro Louvello, (centro). Pese al distanciamiento de los últimos días, la actriz acudió a él la noche de su muerte, llamándolo por teléfono. (Foto: Radiolandia 2000)
La belleza de Thelma en una foto aportada por Gabriel Rovito.
La belleza de Thelma en una foto aportada por Gabriel Rovito.

A las 12.15 del jueves 1 de mayo de 1986, el féretro conteniendo los restos de Thelma Nélida Stefani era colocado en una de las cuñas del depósito del cementerio de Chacarita, en Capital Federal.

Quince minutos después, cuando se silenciaron los sollozos y los desgarrantes adioses, el ataúd reposaba en la soledad de un recinto que albergaba a otros difuntos.

La actriz que recogiera el halago de la fama, que supo de los aplausos, de la popularidad, mimada de la vida por su belleza, dueña de un carácter temperamental, encolerizada a veces, tierna y sonriente en otras, comenzaba a convertirse en un recuerdo.

Alineado su féretro junto a otros, sólo el silencio circundaba ese depósito que se cerró minutos después. Thelma Stefani se quedó sola. Tan sola como habrá estado en el momento de lanzarse al vacío desde el departamento "C", del piso 21 del edificio ubicado en Aguilar 2390, en el barrio porteño de Colegiales.

Tan sola como habrá estado con sus pensamientos a lo largo de esos últimos días en los que fue madurando la decisión de acabar con su vida, ya que fue despidiéndose de sus seres más queridos en los días previos al fatal momento de arrojarse desde una altura aproximada a los 70 metros.

Un macabro y último alarido que se ahogó finalmente cuando su cuerpo chocó primero contra el ramaje de un árbol, para estrellarse luego en el techo de la cabina de una camioneta estacionada frente al edificio en el que vivía.

La escena, patética, horrorosa, imborrable, fue observada a las 2.25 del miércoles 30 de abril por algunos vecinos, quienes se alarmaron por el grito de Thelma que quebró el silencio de la noche, así como por el portero del edificio en el que habitaba la actriz.

Su novio, Alejandro Louvello, se encontraba en la vereda, ya que se alarmó por el icónico llamado de Thelma. Sus ojos no podían creer lo que estaban viendo.

La imagen superaba cualquier escena alimentada. por la ficción. Quiso hablar y no pudo. Sus palabras se ahogaron en un llanto contenido y sólo atinó a decir: "¿Por qué, Thelma? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me hiciste esto?". Más tarde, cuando se presentó la Policía, gritó: "¡No la toquen...! iNo la toquen, por favor! Ella es mía, solamente mía...!".

La actriz

Un cuerpo sangrante, aún tibio, casi destrozado por el impacto, era acariciado por Alejandro Louvello. Ya nada había por hacer. Thelma había muerto instantáneamente.

Apenas un estremecimiento y luego el estertor de la muerte. Un hilo de sangre brotó de sus labios. Sus ojos estaban perdidos en el vacío.

De esta manera acababa la vida de quien había nacido en 1946 y que se inició tempranamente en lo que luego sería no sólo su labor profesional, sino también su única y duradera pasión: la artística.

Tenía cinco años cuando su madre la llevó a tomar clases de baile con una profesora particular. Graciosa y ocurrente, interesada de lleno en lo que hacía, asomaba ya la Thelma Stefani que poco después pasó por la Escuela Nacional de Danzas, integrando posteriormente el cuerpo de ballet del Teatro Colón.

También estudió teatro e incursionó en la literatura, y no fueron pocos los guiones que escribió para películas y obras teatrales, los que periódicamente enviaba a los Estados Unidos.

Pero su entrada por la puerta grande del espectáculo se produjo de la mano de Eber Lobato, quien en 1974 la eligió entre varias postulantes para protagonizar el filme "Natasha", interpretando un papel que en principio había sido escrito para Nélida Lobato (sin embargo, la Lobato la quería, fue su amiga).

Esa fue su primera aparición en el cine. Thelma impactó en su debut cinematográfico, ya que en distintas escenas aparecía como una verdadera Venus: incitante, desnuda, jugando una escena de violación. Y si bien esa película no fue la que la catapultó a la popularidad, la marcó profesionalmente, ya que a partir de ahí distintos papeles la encasillaron en el rol de mujer fatal o de "vamp".

Su unión con Fabio Zerpa la consolidó artísticamente, ya que no sólo acrecentó su actividad profesional, sino que, además, fue modelándose como actriz. Y aquella meta inicial con la que había soñado como bailarina clásica fue transformándose.

El teatro de revistas y su alternada labor como vedette fueron su expresión artística, aunque también irrumpió en la televisión en "Mi querido portugués", "Los cien días de Ana" y "Cara a cara", un título que resultó poco menos que profético, ya que su incursión en la tira culminó en enemistad con la protagonista de la serie, Verónica Castro, y, consecuentemente, con su alejamiento del staff artístico.

Su última intervención en el cine fue en "Correccional de mujeres", una película que despertó tanto interés como comentarios y críticas.

La hija

Thelma vivía sola en su departamento, en Aguilar 2390, en la Capital Federal. Sin embargo, su casa solía ser punto de reunión de sus amigos más íntimos. Por otra parte, el contacto con sus padres era cotidiano.

Buena alumna en la escuela primaria, también tuvo un elogioso paso por el colegio secundario, estudio que cursó en un establecimiento educacional de Villa Luro, curiosamente ubicado a dos cuadras de donde fue velada.

El dolor de sus padres fue tan grande, que su madre, Nélida de Stefani, debió ser atendida médicamente la mañana en la que el cuerpo yacente de su hija iba a ser conducido a la necrópolis de Chacarita.

Su padre, Augusto Stefani, soportó con entereza, no obstante, el amargo momento. Y aunque sus piernas flaquearon por instantes, aunque el llanto lo desbordó y el dolor creció aún más cuando el féretro conteniendo los restos de su hija se alineó junto a otros tantos en el depósito mortuorio, sacó fuerzas de flaqueza y con voz entrecortada agradeció, ese jueves -ya sobre el filo del mediodía-, a quienes fueron a darle el último adiós a su hija.

Hubo temple y hubo fuerzas, además, para que dialogara como lo hizo al día siguiente con la revista Radiolandia 2000: "Yo les agradezco enormemente este gesto solidario de estar junto a mi hija. Ella los quería, los apreciaba, como quería y apreciaba a todos sus amigos, que fueron muchos. Thelma era de un sentimiento exaordinario y pese a esa imagen de mujer entera, frágil, muy frágil. No sé... No sé en realidad qué habrá pasado por su cabeza cuando tomó la decisión de quitarse la vida. No me lo explico, como tampoco se lo explica su madre. Es más, estuvimos hablando por teléfono con Thelma la noche misma en la que decidió acabar con su vida. Nada hacía entrever que iba a matarse... Pobre. ¡Cómo habrá sufrido! Cuando hablamos con ella nos dijo que iba a irse de viaje. Nos habló serenamente y nos comentó que ese viaje estaba relacionado con sus obligaciones, con sus contratos, con cosas, al fin, de su trabajo. Así lo interpretamos. ¡Cómo íbamos a suponer que se iba a quitar la vida! ¡Pobre hija... Pobre hija..!".

Una hija que, a modo de despedida de sus padres, de todos, escribió una carta que encontró la Policía en su departamento. Una lacónica carta que no dirigió a nadie en especial, un último adiós en el que se leía, entre palabras sueltas y frases incomprensibles: "Estoy cansada, muy cansada...".

Tenía 37 años. Para muchos, era considerada la “Marilyn Monroe” argentina. Una belleza inigualable.

Fuentes:

Revista Radiolandia 2000

Blog: http://floresblancasparatelma.blogspot.com/

Wikipedia

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