Economía y Empresas
¡De no creer!

Bomba de déficit casi fiscal: el Banco Central aumentó la tasa de las leliq al 78 por ciento anual

La autoridad monetaria decidió aumentar en 300 puntos básicos la tasa de referencia para tratar de contener la creciente brecha cambiaria. (Dibujo: NOVA)

Luego de que el INdEC publicara los más recientes datos de inflación, el Banco Central de Miguel Pesce decidió elevar nuevamente la tasa de política monetaria aplicada a las Leliq en 300 puntos básicos, por lo que la tasa nominal anual alcanzó el 78 por ciento. Asimismo, la tasa efectiva anual (la que se percibe reinvirtiendo el capital cada vez) alcanzó el 113,2.

De la misma manera, la tasa mínima establecida para plazos fijos aumentó del 75 al 78 por ciento nominal anual y 113,2 en términos efectivos, siempre y cuando se realicen a 30 días y por hasta 10 millones de pesos. Para el resto de los plazos fijos la tasa continúa apostada en el 69,5 anual.

La tasa de interés por los pases pasivos a 1 día que emite el BCRA se mantuvo sin cambios en el 72 por ciento nominal anual, mientras que el interés que cobran los bancos sobre los consumos realizados con tarjetas de crédito se fijó en el 77 nominal anual y nuevamente sin cambios.

Con estos nuevos aumentos, la tasa efectiva mensual que pagan los plazos fijos desde el día viernes aumenta al 6,43 por ciento en caso de reinvertir constantemente el capital, una cifra más cercana al 6,6 de inflación que publicó oficialmente el INdEC para el mes de febrero, pero que ni siquiera logra compensar completamente el ritmo de aumento de la nominalidad de la economía.

Muy por el contrario de lo que se puede creer, las tasas no apuntan a reducir la inflación (Argentina perdió todas sus anclas) sino que más bien se limita a tratar de contener la creciente dolarización de las carteras, y aminorar una posible disparada de la brecha cambiaria.

El dólar paralelo escaló hasta los 383 pesos al cierre de la apertura del día jueves, y la brecha con respecto al tipo de cambio oficial ascendió al 82,2 por ciento. Las medidas apuntan a evitar un aumento aún mayor, incrementando los incentivos para elegir rendimientos en pesos al menos por un corto plazo (lo que se denomina usualmente como Carry-trade).

El costo de las medidas es sin lugar a dudas el aumento del déficit cuasi-fiscal, es decir, los intereses que mensualmente debe abonar el Banco Central por los pasivos remunerados que emite. La factura de intereses del Central representó los 702.329 millones de pesos en enero de 2023, marcando un aumento del 505 por ciento interanual en 12 meses.

Para el Presupuesto 2023 el pago asignado a intereses por pasivos remunerados debería representar el 3,9 por ciento del PBI a fin de año, pero las estimaciones privadas sugieren que ya habrían trepado al 5 del producto y seguirían aumentando.

No se observaba un peso tan importante del déficit cuasi-fiscal desde 1989, cuando las entonces “letras telefónicas” llegaron a devengar intereses por el 5,9 por ciento del PBI, desencadenando un peligroso proceso de emisión monetaria endógena que debió ser corregido por medio del Plan Bonex.

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