Economía y Empresas
No hay ni plan Z

El Gobierno solo espera el final: la actividad retrocedió un 0,7 por ciento en noviembre y acumula tres meses de caída

El estancamiento de la actividad se produce al mismo tiempo en que los precios aumentan al ritmo más drástico desde 1991. (Dibujo: NOVA)

El INDEC anunció que el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) sufrió una caída del 0,7 por ciento en noviembre de 2022, la más violenta registrada desde enero de ese mismo año. El crecimiento interanual de la actividad cayó al 2,6 en comparación con el mismo mes del año 2021, el valor más bajo de los últimos 21 meses.

La economía se dirige a una nueva fase recesiva, marcada por las restricciones de oferta y el agotamiento del sistema de control de cambios. Argentina acumuló una caída del 1,45 por ciento entre septiembre y noviembre del año pasado, tres meses consecutivos con variaciones mensuales negativas.

Asimismo, la tendencia recesiva es cada vez más fuerte mes a mes. La actividad se desmoronó un 0,2 por ciento en septiembre, 0,5 en octubre y 0,7 en noviembre. Incluso la serie de tendencia-ciclo del indicador sufrió una desaceleración en su crecimiento, cayendo del 0,2 al 0,1 en noviembre del año pasado.

La pesca (-16,8 por ciento), la intermediación financiera (-3,3) y la actividad agropecuaria (-6,3) fueron los tres sectores más afectados por la recesión, y los únicos en registrar caídas interanuales. En contraste, la actividad en hoteles y restaurantes obtuvo la mejor métrica de todos los rubros relevados por el INDEC y creció un 22,1 interanual.

El retroceso del nivel de actividad coincide con la llegada de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía. El programa lanzado por el titular no sólo no fue capaz de estabilizar los precios, sino que tampoco concretó resultados significativos en materia de crecimiento real.

La evolución del EMAE sugiere que el país habría alcanzado una suerte de “techo” sobre el nivel de actividad hacia agosto de 2022, y a partir de entonces no logra detener la caída. Las observaciones estuvieron en línea con las expectativas de la mayor parte de las consultoras privadas, que pronosticaron recesión para el segundo semestre del año pasado.

No se trata de un hecho aislado, prácticamente todos los indicadores tempranos de actividad muestran claros indicios de recesión. La producción industrial cayó un 1,64 por ciento entre septiembre y noviembre de 2022. La construcción sufrió un desenlace incluso más dramático: desde agosto registra caídas mensuales superiores al 2,5, y acumula una violenta reversión del 8,6 en comparación con el nivel de julio del año pasado.

Al mismo tiempo, el proceso inflacionario avanza a paso firme y se consolida en los niveles más drásticos desde octubre de 1991. Los precios minoristas promediaron un aumento mensual del 6,2 por ciento entre julio y diciembre de 2022, y la inflación interanual escaló hasta el 94,8 al término de ese año.

Los primeros datos recabados por el INDEC para el mes de enero sugieren un brutal aumento de 7 por ciento sobre la comparación mensual en la primera quincena, por lo que la totalidad del período podría finalizar con un piso consolidado en el 6 con respecto a diciembre.

La inflación interanual se dirige rumbo a los 3 dígitos, un escenario compatible con el diagnóstico de la mayoría de las estimaciones de mercado, incluyendo consultoras y firmas financieras internacionales como JP Morgan. La meta de 60 por ciento de inflación anual prevista por Massa no podrá concretarse con éxito.

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