Si bien se especulaba que había varios gobernadores interesados en la contienda electoral del próximo año en búsqueda de la presidencia, ninguno se había animado a dar un paso frontal ni mucho menos pegado a la figura de Cristina.

Aún así, Zamora no era uno de los nombres que se esperaba como integrante de la lista. Sin embargo, no resulta descabellada la posibilidad. El gobernador santiagueño es un aliado estratégico desde hace años de la vicepresidente, y su esposa es la coordinadora de todas las maniobras políticas del kirchnerismo en el Senado de la Nación.

En los momentos más críticos de la administración kirchnerista, Zamora le dió el espaldarazo necesario a Cristina para mantener la armonía con los distintos gobernadores del peronismo, logrando mantener intacto su poroteo provincial.

Lo cierto hasta el momento es que ni el propio Zamora se hace cargo oficialmente del mensaje, no obstante, fuentes provinciales indican que está ejerciendo toda la presión posible para visibilizar su imagen y aumentar su poder de negociación. Se cree que el santiagueño no es bien valorado entre sus compañeros de coalición nacional, generando un cuestionamiento interno entre sus tropas.

No está claro por qué pero los medios nacionales aún no le dieron cobertura al tema, y es probable que desde el Gobierno nacional no han dado la luz verde al santiagueño y éste se habría cortado solo.

Tampoco queda claro si Cristina estaría dispuesta a reelegir como vice, tras ser envalentonada por su militancia y su dirigencia a retornar en un tercer mandato como presidente. Otras fuentes cercanas al gobernador Axel Kicillof indican que repetiría como senadora, para arrastrar la boleta y mantener sus fueros por el avance de sus causas.

Por otro lado, Zamora no es el cuadro más limpio dentro de la liga de gobernadores del interior, ya que tiene múltiples denuncias que lo ligan directamente al narcotráfico, abuso de poder y usurpación de terrenos privados para lucro personal.