Mauricio Macri, entre armisticios, la "raza superior" hitleriana y su afirmación de que "el ciclo mío no terminó"
Como el tero, Mauricio Macri pone los huevos en un lado y grita en el otro. En cada intervención que realiza desmiente lo que afirmó en su aparición anterior. Esta ambigüedad saca de quicio a sus competidores en la carrera presidencial del PRO. No saben cómo armar su campaña ni contra quién, y terminan alimentando la espiral de violencia interna que pone en riesgo la propia estructura partidaria.
En el curso de los últimos diez días Macri aplicó su estrategia de esquivarle el cuerpo a las definiciones a través de la contradicción permanente,
A inicios de la presente semana, en una encuesta en el programa “Desde el llano”, que se emite por la señal TN, Mauricio Macri se fue de lengua. Tan a gusto estaba y tan poco dispuesto a repreguntarle estaba su conductor, Joaquín Morales Solá, que, ante la pregunta sobre sus pronósticos sobre el próximo Mundial de Fútbol, el ex presidente manifestó su pronóstico sobre una victoria argentina.
“Tenemos con qué. Obviamente está Brasil, que juega muy bien en equipo; Portugal tiene muy buenos jugadores; Francia tiene también muy buenos jugadores y es el último campeón”, dijo.
Allí lo traicionó el inconsciente y tiró la demoledora sentencia: “Y a Alemania nunca se la puede descartar. Es una raza superior, siempre juega hasta el final”.
El reconocimiento de la condición de “raza superior” para Alemania generó numerosas críticas, aunque –llamativamente- las organizaciones judías mantuvieron mayoritariamente silencio de radio. Algo que no es usual ante hechos o afirmaciones de menor gravedad que está.
Advertido sobre la extemporariedad de sus dichos, Macri pidió disculpas en su cuenta de Twitter, afirmando que se trató de una “frase desacertada que remite a las peores pesadillas de la humanidad”.
“Ayer hablando del mundial y obviamente refiriéndome a las habilidades futbolísticas indiscutibles de Alemania tuve una frase desacertada que remite a las peores pesadillas de la humanidad", reconoció Macri. Y agregó: “Por lo que quiero aclararlo y ofrecer mis disculpas".
Las palabras del ex presidente no pasaron desapercibidas. El referente de Llamamiento Argentino Judío y ex directivo de la AMIA, publicó airadamente en su cuenta de Twitter: "Cuando digo que el macrismo es nazi algunos se me tildan de exagerado... ¿Sabrá Macri que la "raza superior" asesinó a dos millones de niños menores de diez años?", publicó en su cuenta de Twitter el ex Embajador de la Cancillería ante la International Holocaust Remembrance Alliance durante el gobierno de Cristina Fernández.
Y completó: "Qué curioso... ¿no? El concepto de "raza superior" es el que utilizaba Hitler...".
Claro está que Elbaum es un marginal dentro de su espacio cultural-religioso. La mayoría de las asociaciones y organizaciones judías se llamó al silencio.
La diputada de la Ciudad de Buenos Aires (FDT), Victoria Montenegro, interpretó que las palabras de Macri son "una definición política que intenta instalar el negacionismo con toda su violencia".
"Son declaraciones por demás repudiables", enfatizó. Y puntualizó que "es doloroso ver cómo se denigró un sector de la política argentina".
Montenegro extendió su crítica a los participantes de la interna de la oposición: "Es triste y es violento al mismo tiempo, y además, uno lo identifica con la interna de Juntos por el Cambio donde están peleándose por ver quién se parece más a (Javier) Milei."
"Así, todo el tiempo se van pasando los límites", aseveró. Para concluir: "Macri habla de raza superior, un concepto que terminó siendo nefasto para la historia de la humanidad y que llevó a un genocidio".
La titular del INADI, Victoria Donda, expresó a través de su cuenta de Twitter: “‘Alemania, raza superior’, dijo hace horas el líder de la oposición y expresidente Macri sentado en un estudio de TV, rememorando uno de los pilares centrales de la Alemania nazi.”
Y recordó a continuación que: “Hace varios años, la entonces canciller germana Angela Merkel señaló: ‘El racismo es un veneno. El odio es un veneno. Y este veneno existe en nuestra sociedad’".
También las críticas llegaron desde el radicalismo. El histórico dirigente Freddy Storani consideró que: “Lo de Macri es totalmente incalificable. El planteo de la superioridad es falso y fue lo que llevó al nacionalsocialismo a establecer la supremacía de la superioridad aria. No podemos aceptar estas afirmaciones con liviandad”.
La pregunta que quedó flotando sobre esta cuestión es cuándo Macri expresó lo que realmente piensa: si en su afirmación televisiva o en su escasamente convincente pedido de disculpas.
La otra contradicción de Macri tuvo lugar entre el martes de la semana pasada y el miércoles de la presente. En la primera ocasión el ex presidente convocó a la mesa chica del PRO para proponer un “armisticio” interno para bajar los decibeles de la interna que amenazaba con hacer estallar al partido por los aires. En aquella oportunidad Macri se había excluido como precandidatos presidenciales, y bendecido a Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal.
Pero este miércoles Rodríguez Larreta volvió con sus críticas contra el ex presidente y Bullrich cargó contra el alcalde porteño. Mauricio Macri no se quedó atrás y, en la presentación de su libro “Para qué”, en la provincia de Corrientes, lanzó la definición terminante: “El ciclo mío no terminó, eso seguro”.
Con su habitual locuacidad actual, el ex presidente visitó Corrientes y afirmó que el candidato de Juntos por el Cambio "debe surgir de una clara competencia”. Y que de esa disputa él no se "baja ni sube".
También metió presión en la interna, exigiendo "reformas de fondo laborales e impositivas" y que “hay que hacer todo lo que haya que hacer, pero hacerlo rápido”.
La sentencia “no me bajo ni me subo” conmovió la interna partidaria. La metodología para evitar la reincidencia en una confrontación violenta cedió. La estrategia de la ambigüedad que viene sosteniendo Macri saca de quicio tanto a Bullrich como a Rodríguez Larreta, ya que les impide identificar a su verdadero rival en la carrera electoral. Más aún en vista de que Cristina se maneja de modo similar, y no son pocos los que se esperanzan con una batalla final entre ambos ex presidentes, tal como acaba de suceder en Brasil con Lula y Bolsonaro.
En la reunión de conciliación de la mesa chica del PRO, Macri se había autoexcluído de la carrera presidencial, afirmando que lo importante era aplicar su programa, más allá de quien lo hiciera. "Debemos impulsar un cambio profundo. Avanzar en reformas de fondo laborales e impositivas".
Este miércoles insistió con esa plataforma electoral, pero anotándose nuevamente en la competencia por la candidatura presidencial.
La única que silenciosamente trabaja sobre el territorio es María Eugenia Vidal. Casi invisibilizada por los medios, ya recorrió más de una decena de provincias y estableció acuerdos con dirigentes provinciales y locales en el marco de la carrera presidencial.
Lo que no queda en claro –como casi nada que tenga que ver con JxC en estos días-, es si la campaña que está llevando a cabo es por su propia candidatura presidencial, o como vice de Mauricio, tal como sospechan sus competidores, y que –una vez más- ni su entorno, ni el de Mauricio Macri-, no confirman ni desmienten.