El columnista invitado
No habrá nadie como ella

Evita eterna en el corazón de tu pueblo (II)

Por Mario Casalongue, militante peronista

“La limosna es el placer de los ricos, el placer desalmado de excitar el deseo de los pobres sin dejarlo nunca satisfecho, y por eso, para que la limosna fuese aún más miserable y cruel, inventaron la beneficencia, y así añadir al placer perverso de la limosna, el placer de divertirse con el pretexto del hambre de los pobres”.

Esto decía la compañera Evita, Madre de los Descamisados, Santa Evita, Evita Eterna en el corazón de su pueblo, a las voces contrarias que calificaban su ayuda a los pobres de limosna o caridad. Ella en realidad hacía justicia, porque ni siquiera se atrevía a hablar de ayuda social.

Los justicialistas, los verdaderos, no los que han venido gobernando desde los re inicios de la democracia usando el nombre del General Juan Domingo Perón, nos ocupamos de darle felicidad al pueblo, no limosna ni caridad, solo empleo digno, porque, ya lo hemos dicho anteriormente, para los peronistas solo existen una sola clase de hombres: los que trabajan.

Limosna fue lo que dio el traidor Carlos Saúl Menem (que Dios lo tenga en la gloria y no lo suelte nunca) con un bono solidario de 200 pesos de entonces, el mismo riojano que se cortó las patillas, se abrazó con Bunge y Born, adoptó los preceptos del liberalismo de Álvaro Alsogaray y se abrazó con el infame genocida Isaac Rojas.

Después vino otro supuesto peronista, Néstor Kirchner, que usó los planes jefes y jefas de hogar de su mentor y antecesor Eduardo Duhalde, para ampliarlos, invadir la Argentina de prebendas, y en lugar de apostar por una política productiva y de pleno empleo inundó el país con estas limosnas estatales, inaugurando una generación entera de vagos, haraganes y malvivientes, condenando a los pobres a ser pobres de por vida y depender eternamente del Estado.

Su esposa, la faraona egipcia Cristina, trajo más limosnas bajo el brazo, esta vez camufladas como “Asignación Universal por Hijo”, AUH, tomando la idea de la gorilona Elisa Carrió, quien había propuesto una especie de Ingreso Ciudadano para la Niñez. O sea, te pagan por parir, pero si querés un trabajo digno, eso sí, olvídate.

Ahora nos toca padecer a Alverso, Alborto, perdón, Alberto Fernández, que por lo menos no se reconoce como peronista, citando varias veces en sus discursos a al ex presidente radical Raúl Alfonsín, y se reivindica socialdemócrata, una ideología europea enemiga del justicialismo, un raro menjunje de liberalismo de izquierda o socialismo de derecha, en fin, un esperpento grotesco que terminó con el cuasi linchamiento de Felipe González en España y el tiro del final de Alan García en Perú.

Este vil sujeto (Alverso, Alborto, o Alberto) que está en las antípodas del peronismo continúa con el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), cobrado por funcionarios de diferentes municipios de la Argentina, mientras los hermanos aborígenes quom no tiene ni para comer en el norte, y los famosos ATP (Asistencia de Emergencia para el Trabajo y la Producción) supuestamente destinado a empresas, pero que terminó percibiendo hasta un Obispo en Salta. Todo eso como un triste paliativo para combatir al Covid-19.

Si Evita viviera, los ahorcaría con sus propias manos. Porque peronista es el que te saca de la pobreza, no el que te obliga a vivir en ella de por vida. Todos los nombrados anteriormente, son o fueron simples farsantes y delincuentes que robaron todo, hasta las esperanzas del pueblo.

#CastigoalosquededestruyeronlaArgentina

#JusticiaporUrsula, en un país donde mientras asesinan a nuestras madres, novias, esposas, hijas hermanas y amigas, el ministerio de la Mujer nombra ñoquis inoperantes y gasta fortuna en celulares, muebles, alfombras, lunchs y paga 40 mil pesos por un perchero de 1.500.

#Nohabraotracomovos

#Notellegannialazueladeloszapatos

#Hastapronto

#Besosalcielo

#SaludosalGeneral

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