Provincia de Buenos Aires
Panorama Político Bonaerense

La UCR se juega en marzo mucho más que la conducción del Comité Provincia

Gustavo Posse y Maximiliano Abad, dos hombres de peso disputando la interna radical. (Dibujo: NOVA)

Por Maxi Pérez (@perezmaxi), corresponsal de NOVA en Casa de Gobierno y Legislatura bonaerense

El poroteo interno del radicalismo, tras la suspensión de las elecciones el año pasado debido a la pandemia de Covid-19, parece representar problemas para el oficialismo ya que el plazo extra de campaña le permitió al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, posicionarse de manera más sólida en distritos del interior y sumando sectores radicales y hasta candidatos que hasta el año pasado apoyaban al diputado Maximiliano Abad.

Pero, además, la disputa partidaria ya tiene claramente un componente extra de cara a las elecciones legislativas de este año y, sobre todo, de cara a las generales del 2023, ya que cada uno de los espacios que se disputan la conducción de la UCR bonaerense tienen estrategias de alianzas bien definidas y en muchos casos excluyentes, más allá de que ambos candidatos se manifestaron por la continuidad de Juntos por el Cambio con un radicalismo más protagonista.

En esa lógica, Abad intenta acercarse a figuras del PRO y la Coalición Cívica, como forma de potenciar su imagen hacia adentro de la alianza opositora, en tanto que Posse tiene un firme acuerdo con el sector que responde a Emilio Monzó, que quiere volver a constituir la "pata peronista" de cara al próximo recambio de Gobierno.

En ese escenario de disputas, es más que evidente que cualquiera de los candidatos que resulte ganador quedará instalado en la carrera por la gobernación, un objetivo que al radicalismo en general le parece cada vez más cercano ante la falta de nuevos liderazgos dentro del PRO bonaerense y la fuerte caída en la imagen de Axel Kicillof, mitad por la pandemia y mitad por errores propios.

Tras haberse mostrado con Elisa Carrió, ya autoproclamada candidata a diputada por Buenos Aires para las legislativas, Abad se acercó esta semana a Martín Yeza, jefe comunal de Pinamar que no esquivó el acompañamiento y deslizó en las redes que "si sos vos (el candidato de JxC) lo pienso amigo querido", como respuesta a un posteo del diputado que dijo que sólo los diferenciaba que el intendente quería "un presidente del PRO y yo uno del radicalismo".

Del lado del hombre de San Isidro, la ventaja está en que puede mostrar gestión de forma directa y desde allí cimentar su llegada a los radicales de otros distritos, y así lo viene haciendo, intensificando semana a semana su presencia en el interior profundo, sin descuidar su gran bastión electoral que es evidentemente el conurbano norte, dónde además espera hacer una diferencia importante que le permita revertir los números del interior, donde claramente Abad tiene mejores chances de ganar.

Vale decir que la contienda comenzó a levantar temperatura, porque el que resulte ganador será sin dudas uno de los protagonistas del armado de Juntos por el Cambio para el cierre de listas de este año y quedará además posicionado para encabezar la boleta para gobernador en 2023.

Errores no forzados en el Gobierno de Kicillof

El mandatario bonaerense, Axel Kicillof, tiene un estilo de comunicar por demás confrontativo y que además rara vez transmite un mensaje optimista, sino más bien todo lo contrario.

En cada conferencia de prensa conjunta con Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta, fue siempre el gobernador quien se encargó de trazar las miradas más críticas, los números más impactantes y los panoramas más desoladores, sin ahorrar municiones para la gestión anterior tanto a nivel nacional como provincial, a las que responsabiliza por el deplorable estado del sistema de salud.

Por eso sorprendió en los últimos días cuando migró hacia posiciones más moderadas e incluso instó a la dirigencia y a la población a “festejar” ante una eventual baja en el número de contagios, debido a que la mejora estadística era producto del esfuerzo compartido.

En esa nueva estrategia de comunicación que el mandatario cometió un grosero error, cuando le reclamó a la oposición y a los medios de comunicación que no politicen la campaña de vacunación que se está desarrollando en territorio bonaerense como en todo el país.

El problema es que la “politización” del tema se profundizó justamente desde el espacio del Frente de Todos, que integra el propio gobernador, no solo porque de esa alianza son las dos concejalas que en San Andrés de Giles se aplicaron la vacuna, aunque no les correspondía, pero sobre todo porque algunos de los puntos de inscripción para recibir la vacuna son unidades básicas y locales partidarios de los distintos partidos que integran el frente gobernante.

Por supuesto que desde la oposición no lo dejaron pasar y apuntaron inmediatamente contra la partidización del plan de vacunación, acusando al gobernador y a los intendentes del peronismo de hacer caso omiso de sus propias palabras, politizando al extremo una cuestión sanitaria.

Está claro que en materia de salud en medio de una pandemia todo sirve para sumar, pero quizá el peronismo bonaerense, que nunca tuvo problemas en plotear ambulancias con el nombre del intendente o regalar zapatillas con la firma del gobernador, debería comenzar a separar la paja del trigo y evitar seguir cometiendo este tipo de errores que a la larga siempre le salen muy caros.

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