Sánchez contó que vivió cinco años en el Perú, cuando volvió a territorio argentino empezó cantando y contando chistes en un boliche de Bahía Blanca, impulsado por su pareja después de varios años de trabajos ajenos al arte.

Tiempo después fue insertándose en los catering de capital con sus propios shows, en uno de esos eventos, Roberto Monfort, productor de Canal Trece, lo escuchó y lo incluyó en un programa ómnibus, Canto Rodado. A su vez el conductor y periodista Juan Alberto Badía lo incluyó en sus tradicionales giras por el interior del país.

De la mano de su representante participaría del programa más importante de la televisión, el show de la mediática Susana Giménez, un martes 13 contaría chistes, esto le daría un lugar en el Festival del Chiste como jurado y en las Olimpiadas de Atlanta en 1996 como notero del programa de Susana.

El artista afirmó que lo que más lamenta es haber negado la oferta laboral con Jorge Guinzburg para hacer la “Era del Pingüino”.

Respecto a su relación con Juan Alberto Badía, al que elegiría para trabajar por sobre otras personas, afirmó: “Lo único que puede decir es que me enseñó a ser buena gente, más buena gente de lo que me enseñó mi viejo. Era un tipo con principios, con un corazón de oro. No hay una palabra para decir que no te guste de él”.

Actualmente lucha contra el cáncer y con los fuertes dolores de ciático: “Todo el dolor en la pierna es terrible. Me pongo inyecciones y voy al masajista pero todavía no me afloja, desde los dieciocho años tengo estas dolencias”.

El comediante reveló que debido a una fuerte pelea con Marcelo Polino, no lo volvieron a convocar desde 2012 a ninguno de los proyectos de Ideas del Sur.

Respecto a la paralización del itinerario artístico por el avance coronavirus afirmó que desde hace siete meses no ha podido continuar con sus proyectos y remarcó “yo amo esta profesión y creo que laburar de esto es lo mejor que te puede pasar. A todos los que tenemos la suerte de hacerlo, creo que somos ricos en al poder hacerlo”.