Un River deslucido, hizo valer el triunfo de local y pasó a la final de la Libertadores

Boca Juniors derrotó a River Plate por 1 a 0 en la semifinal de vuelta de la Copa Libertadores de América disputada en La Bombonera, y no le alcanzó para llegar a la final frente a uno de los dos equipos de Brasil que juegan este miércoles, tras el resultado de la ida por 2 a 0 en Núñez.
El elenco de Gustavo Alfaro fue superior a lo largo de todo el partido, tuvo las situaciones más claras, pero enfrente se topó con un plantel que no solo fue a esperar, sino que también no fue el “cuco” del que muchos creen.
Muy valiosa la actitud de varios hinchas de Boca aplaudiendo al finalizar el partido. Si esa es la respuesta, ganamos todos. El superclásico es un partido hermoso. Estos son tiempos de River, pero entendamos siempre que es una disputa futbolera, no una guerra. No seamos imbéciles
— VarskySports (@VarskySports) October 23, 2019
Los dirigidos por Marcelo Gallardo la pasaron muy mal en los primeros 20 minutos, y luego, se fue acomodando y saliendo de su propio terreno. Nicolás de la Cruz fue de lo mejor en esos momentos.
Boca pudo abrir el marcador, tras un centro desde la derecha, su principal arma para lastimar, pero la pelota dio en la mano de Emmanuel Más, previo a caer en los pies de Eduardo Salvio que la mandó al fondo del arco, y el árbitro César Sampaio lo invalidó.
Ya en el segundo tiempo, casi de arranque, Alfaro mandó a la cancha a Mauro Zárate y a Jan Hurtado, para darle más frescura al ataque. Salieron Ramón Ábila y Agustín Almendra.
El “Millonario” siguió en la misma sintonía, sin ese empuje y esa garra que lo ha marcado en otros encuentros. Gallardo puso en cancha al chileno Paulo Díaz y generó sorpresas hasta en el equipo.
Casi sobre el final, Boca luego de otra pelota parada, llegó al gol a los 35 minutos. Un cabezazo de Lisandro López al segundo palo, donde ingresó Zárate que no pudo, pero sí Hurtado.
Un desahogo y un premio al esfuerzo, merecido tanto y un sprint que no fue suficiente para el “Xeneize” que volvió a quedar afuera de la Copa Libertadores en manos de su clásico rival.
La Bombonera, pese al resultado, fue una fiesta y despidieron a sus jugadores con aliento y aplausos como en todo el partido. Más allá de la eliminación, no quemaron ni rompieron el estadio, como pasó en otro escenario allá por el 2011.