Política
Interna peronista

Axel y Cristina, asuntos separados: la relación entre ambos está en su peor momento y corre riesgo la unidad

El gobernador bonaerense Kicillof hace todo lo posible para enojar a su ¿jefa? Cristina Kirchner. (Dibujo: GROK - IA)

El peronismo atraviesa una de sus mayores crisis internas en tiempos de Javier Milei. La decisión del gobernador bonaerense Axel Kicillof de avanzar con el desdoblamiento electoral desató un conflicto con el kirchnerismo duro, generando una fractura que pone en jaque la unidad de Unión por la Patria.

Desde el entorno del gobernador aseguran que la presentación del proyecto en el Senado bonaerense para establecer elecciones concurrentes fue una “puñalada trapera” y una traición por parte del sector que responde a Cristina Kirchner.

La medida rompió las negociaciones que se llevaban adelante para suspender las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y avanzar en una lista única.

El martes por la noche, apenas doce horas antes de que el proyecto se hiciera público, representantes del massismo, el camporismo y el kicillofismo habían alcanzado un principio de acuerdo para eliminar las PASO. Sin embargo, el anuncio del kirchnerismo alteró todos los planes y dejó al peronismo bonaerense al borde de la ruptura.

Desde La Plata, aliados de Kicillof aseguran que la movida kirchnerista “hizo estallar los puentes de diálogo” y que la jugada fue un intento por condicionar al gobernador.

En ese contexto, Kicillof mantiene firme su postura: quiere desdoblar las elecciones para plebiscitar su gestión y evitar que los comicios provinciales queden atados a la agenda nacional.

Por el contrario, Cristina Kirchner insiste en que la elección debe ser concurrente, ya que considera que el verdadero plebiscito debe ser sobre la gestión de Milei y su impacto en la provincia. Además, teme que un desdoblamiento termine imponiendo la inseguridad en el conurbano como eje de la campaña, debilitando al oficialismo nacional.

En medio del enfrentamiento, el presidente del bloque de diputados provinciales de Unión por la Patria, Facundo Tignanelli, dejó en claro la postura del kirchnerismo: “Las elecciones deben ser concurrentes para enfrentar las políticas de ajuste de Milei en un mismo día, desde los municipios hasta la nación, y confrontar modelos”.

Pero detrás de la disputa electoral subyace otra batalla: la conducción del peronismo bonaerense. En el kicillofismo denuncian que Cristina Kirchner busca imponer condiciones y limitar la autonomía del gobernador. En el cristinismo, en cambio, aseguran que Kicillof no está negociando desde una lógica electoral, sino que solo busca desafiar el liderazgo de la ex Presidenta.

“Axel solo quiere discutirle el liderazgo a Cristina”, señaló un referente del kirchnerismo duro, evidenciando que la lucha de fondo es por el poder real dentro del peronismo.

Las negociaciones, que hasta hace pocos días parecían encaminadas, ahora penden de un hilo. Mientras el kicillofismo cree que tiene la fuerza suficiente para imponer sus condiciones, en el kirchnerismo advierten que no cederán fácilmente.

“El cristinismo pasó un límite”, sostienen en La Plata. La unidad, por ahora, sigue siendo la primera opción, pero la fractura parece cada vez más difícil de evitar.

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