Pero la anécdota no termina ahí. Durante el evento, los asistentes a Expoagro se encontraron con una situación peculiar: desde las 11 de la mañana, no hubo señal de wifi ni de 4G en el predio. Esta interrupción, que coincidió con la presencia del Presidente, generó especulaciones sobre si se trató de una medida deliberada para evitar que los celulares sonaran o para limitar la difusión en tiempo real de cualquier desequilibrio o imprevisto durante el discurso de Milei.

¿Fue una casualidad o una estrategia calculada? En un contexto donde la comunicación es clave y la tecnología permite transmitir información al instante, la falta de conectividad no pasa desapercibida. Más aún cuando el presidente está envuelto en una polémica por una declaración que, a todas luces, parece ser falsa.

Este episodio no solo pone en evidencia la distancia entre el relato oficial y los datos concretos, sino que también abre interrogantes sobre las prácticas de un gobierno que se autoproclama defensor de la libertad y la verdad. La mentira en Expoagro, sumada al silencio tecnológico sospechoso, deja un sabor amargo en un sector clave para la economía argentina, que merece respuestas claras y un diálogo honesto con sus representantes.