¿Cómo? Si, Serrudo, Pedro, y su largo historial de extorsiones, aprietes y afines está llegando a su fin y lo podremos ver en prime time, en vivo ¿Por qué pasó esto? Porque como dicen en el barrio, siempre la quiso toda para él. Y bueno, usted vio… algún día la soga se corta.

Con varios intentos de subvertir el orden público, chicanear, secuestrar y piquetear, rodeado de matones con condenas que deberían estar siendo vigilados por la Policía de Salta y/o en sus domicilios cursando condena, el otrora señor cobranza munipa se quedó solo, como el chavo.

Vetusto, sin apoyo, sufriendo la total ignorancia de los noveles nuevos laburantes de “la muni”, que lo ven con desdén y no se le quieren acercar ni a 100 metros, el anciano intentó tomar el CCM con pésimos resultados.

“Nosotros no paramos, no le hacemos caso, encima viene a querer hacerse el pesado y pretende que paguemos una cuota sindical de 50 lucas que se las lleva toda para él”, le dijo a este cronista un muchacho que pasaba caminando durante uno de los intentos de toma de enero. “A este no lo sigue nadie, el sindicato existe solo porque tiene a toda la familia metida en la muni”, finalizó.

Y es que los tiempos cambian y ya no es como antes, la gente está podrida de la política, de los sindicalistas y del choreo. Y Cuando en este paño te ven débil, fuiste amigo… Algo que las autoridades detectaron desde el primer día.

“Se acabó la era de las extorsiones”, dijeron en un despacho del primer piso. “Al tipo ya no lo sigue nadie, y está desesperado por tres pesos con cincuenta, se ve que se está gastando la de los descuentos de recibo y viene a pretender manguear adelantos. Se quiere llevar la guita de los laburantes, y encima por adelantado”, sopló un munipa de carrera que si entiende que las cosas han cambiado.

“Ya no tiene gente, la UTM no es lo que era. Por culpa del viejo la gente se fue a otros sindicatos, o los inventó o si se quedaron, no le dan bolilla. No van a votar autoridades, no se quieren pegar, lo rodean malos bichos”, dijo un sindicalista desde otro gremio.

Así es como van terminando los días de Pedro “el munipa” Serrudo, con media familia metida en la Muni y sin respuestas, intentando que la ley de trabajo por ADN munipa le caiga solo a su gente, con la esperanza de que 650 empleados nuevos lo vuelvan a validar para poder volver a extorsionar como en las viejas épocas, algo que ya no sucederá.