
Los que escuchan de afuera cuando Gildo Insfrán anunció aumentos salariales que en un año de 90 por ciento, o hablan de las más de 1200 escuelas y jardines, del Parque Acuático y por estas fechas, de los más de 200 mil juguetes para los chicos en el marco de los festejos de Reyes Magos, creerá que está ante un prototipo de gobernador que podría fácilmente postularse para ser Presidente.
¿No nos gobierna acaso Alberto Fernández? Pero a los que estamos en estas tierras y conocemos sobre los tejes y manejes del poder, y que, no es un dato menor: lo vemos en el poder al hombre desde 1995 ininterrumpidamente, la lectura es otra.
Sin industrias reales, es decir, verdadera obra privada, sin ningún tipo de conexión con las garras de Insfrán; sin futuro real para los jóvenes que terminan yéndose de la provincia, o aquellos que se reciben de profesores o de cualquier otra profesión, y miran cómo cualquiera, que atinó a sacarse la foto indicada, hacer la V como corresponde, ocupa puestos sin estar preparados.
La Formosa que vende Insfrán cuando habla todos los 1 de marzo en la Legislatura no existe. Es de las que mayores números recibe por Coparticipación (aún sin el mamarracho que hizo Alberto Fernández de quitarle a CABA un porcentaje importante), y es una de las que menos aporta por empresas privadas, ni de exportación.
Los números que otro gran dibujante como Adrián Muracciole publicó hace poco para avalar el Modelo Formoseño, tampoco son reales. No hay administración que se sostenga sin empresas privadas. (NdR: hablamos de una administración sana, con empleados estatales cobrando bien, sin necesidad de tener miedo para hablar u opinar).
La Formosa de Insfrán en el último balance de la Dirección General de Rentas (es decir, lo que pagamos los impuestos), se llevó la friolera suma de 19.430.272.000 pesos, cifra que es un 97,19 por ciento más que en el año 2021.
Sumado a lo que obtiene por Coparticipación Federal, la masa que recibe el gobernador sin la necesidad de contar con empresas privadas que den trabajo genuino sin depender del Estado, es decir, sin el control de Gildo sobre ellas, es más que suficiente para mantener todo como está. Y seguir siendo el “gran dibujante” de Formosa.
El rey mago
Como cada año se repite la misma historia. El Gobierno compra juguetes de muy mala calidad para entregarles a los niños de la provincia en el marco del Día de Reyes. Por supuesto que la intención de este medio como el de ninguno que critica estos actos, es la de estar en contra de la felicidad de los niños o que se les pueda dar un juguete. Lo que se critica es el desprecio encubierto de “amor” y “desprendimiento”.
Darle este tipo de juguetes a los niños, juguetes que se compran con dinero que sale de los bolsillos de los contribuyentes, es una metáfora de lo que hace el Gobierno con los ciudadanos: migajas, lo que sobra. Por eso es válida la crítica y el enojo de muchos padres para con la calidad de los juguetes que recibieron sus chicos.
Antes que hacer uso de los recursos de todos para comprar este tipo de “regalos”, mejor sería que ese dinero se redireccionará, a más aumentos salariales o un bono especial por Reyes, que cada padre elija qué quiere comprarle a su hijo. Y no tener esa falsa idea de un “Estado Rey Mago” que es más bien un “Rey avaro” un déspota que juega a ser guía bondadoso.
Los niños sometidos a sacarse fotos posando con la bolsita que dice “Gildo Insfrán”, es mucho lavado de cerebro y recién vamos por los primeros 6 días de un año que será intenso, en todo el sentido de la palabra.